Friday, February 28, 2014

Apostilla a "Contra el realismo salvaje"

Lo primero, una constatación: "Contra el realismo salvaje", de @borovinsky y @tintalimon es un texto necesario, ciertamente inesperado y estimulante. Pero ello no es tanto una sorpresa dado que los textos de sus autores suelen trasuntar efectos de ese tenor. 
Tal vez lo llamativo provenga de las lecturas que de él se hicieron. El artículo en cuestión ha concitado un sospechoso consenso, una unanimidad inusual. Ha sido tal, que hasta los que uno podría pensar a priori como mayores cultores de una realpolitik radical en el discurso de las redes han prestado su asentimiento ante lo que denuncian una "moda" o un eco errado del realismo político "bien entendido".
Tengo una inferencia sencilla al respecto: nadie se pone el sayo de "salvaje" de motu propio (como ningún progresista aceptaría rotularse como "falopa" de buena gana). El salvaje "es el otro"; el falopa "es el otro".
Entonces se da un efecto curioso: el texto, su propuesta ética, es levantado por unos y otros para espetárselo a quien la razón coyuntural mande: desde al nestornaútico camporista devenido justificador compulsivo, hasta al poskirchnerista que hace de la guerra a la batalla cultural su apuesta central.
En modo alguno esto le resta méritos a un post que, como se dijo, resulta necesario a los fines de poner un piso a cualquier intercambio, un acuerdo sobre las condiciones en las que se discute. Sí deja el interrogante de pensar dónde es que habitan los salvajes; dónde es que, una vez decantados del colectivo aquellos que se permiten el disfrute de un par de series y el "permitido" digital del consumo irónico de una figura política "polémica", podemos encontrar una forma pura de la especie. No vaya a ser que -otra sospecha- seamos, todos un poco, los que llevemos un enano maquiavélico dentro.

Friday, February 21, 2014

No tan distintos (desangelamientos)

1) Una muchacha llamada Pau Puebla escribe un post en la Revista Paco criticando a Malena Pichot como símbolo del feminismo, con varios argumentos inteligentes:

http://revistapaco.com.ar/2014/01/16/7843/

2) El objeto de la crítica llamado Malena Pichot responde y entre las líneas mas absurdas y lamentables escupe:

"Nadie vuelve genio o estúpido a nadie. Y sin ánimos de lastimarte, todas tus fotos y todos tus tuits, mamu, cuadran perfectamente en tu propia definición de minita. En otro orden cosas, altas gomas! Altas gambas! Bien allí!"

(Fuente:  http://www.malenapichot.com/minitas, el subrayado es nuestro)


1a) Esta pelotuda que escribe se pone a opinar del tema en twitter batiendo:

"Si lo que queda de relevante es poronguear a Pichot y que ella responda giladas, chau referencias a Sarlo, chau complejidad."

(Fuente: mi TL)

2b) El némesis de Pichot, que danzaba alegre cual Nietzsche posmoderno sobre los girones del aura de una Malenita "desangelada" responde:

"tenés lindas tetas"

(Fuente: el TL de @nmavrakis https://twitter.com/nmavrakis/status/423991243832836096 , el subrayado es nuestro)

¿estructuras mentales homólogas? Qué paso meamoooor???


Wednesday, February 12, 2014

La rebelión de los ojos deformados (refutación badiouana de Pizarnik)

“Toi qui sur le néant en sais plus que les morts.”
(tú que de la nada sabes más que los muertos.)
                                       “Angustia” Mallarmé

“El ojo mira fijamente la ventana desguarnecida. Nada en el cielo la volverá a distraer. Mientras el suyo se queda en su cubil. ¡Crac! obturada. Nada se ha movido. Ya todo se mezcla. Cosas y quimeras. Como en todas las épocas. Se mezcla y se anula. Pese a las precauciones. Si ella pudiese al menos no ser más que sombra. Sombra sin mezcla.”
                                             Samuel Beckett

El poema 23 de “Árbol de diana” de Alejandra Pizarnik contiene el siguiente dístico:

“la rebelión consiste en mirar una rosa 
hasta pulverizarse los ojos” 

En estos versos se retoma el tópico de larga tradición poética, la rosa, que ha variado como metáfora de mujer, de belleza y de poesía.
La originalidad del uso del tópico es que está al servicio de la configuración maldita del autor y receptor del arte; ya no es el centro la rosa sino los ojos que la miran y sus efectos en él. Digamos, en términos generales, los efectos en la subjetividad. El poema anuda rebelión-arte y autodestrucción en una línea sacrificial que se puede rastrear en la tradición de los poetas malditos, y propone una pasión en ambos sentidos del término, pasión como “apetito o afición vehemente a algo” pero también como padecimiento, sufrimiento. La contemplación de la belleza (también podemos agregar: de lo excepcional, del acontecimiento)  no puede sino redundar en cierto modo de pulverización de la subjetividad. Es el extremo, ir al fundamento y destruirlo.
Una refutación posible al poema es: la rebelión consiste en mirar una rosa hasta casi pulverizarse los ojos pero detenerse allí, en el umbral de la pulverización, en ese guión de atomización de lo Uno que opera pero que se mantiene en una diferencia mínima, imperceptible, con una reserva brevísima a la entrega total al acontecimiento (que sería la nada, la muerte, el vacío, el silencio, el sinsentido).
En ese segmento ínfimo entre la mirada de los ojos y la rosa, en esa pausa imperceptible en la pasión, los ojos no llegan a pulverizarse, pero quedan deformados. Algo pasó luego de haber experimentado la rosa, una modificación rebelde, de unos ojos transfigurados que a futuro sólo habrán de estar destinados a lo mal visto.