Thursday, December 12, 2013

La silla de ratán


La silla de ratán (Julián Alberto Melo)


Barrio populoso, pero no peronista. Martes, dos de la tarde, hacia el fin de una primavera pringosa. Callecita desconocida, adornada con fresnos berretas y algún que otro roble que intenta levantar el pedigree. Barcito. Barcito de esos que no mirarías salvo que una celebridad te cite allí. Sombrillas de Warsteiner, posa copas de Brahma y Quilmes como bebida indiscutible. Me senté a leer. Me senté a leer un libro. Fui sin la tablet, sin el mp5, fui con un libro de papel nomás. Me miró el mozo de siempre, y le pedí lo de siempre... porque siempre fui un revolucionario. 
Un par de tipos me pasaron por al lado y, obviamente, me miraron el libro. Se sentaron en una mesa pegada a la mía. Como no tenía auriculares, me dispuse a escuchar. Ahora le dicen consumo irónico a eso... Los dos tipos que me miraron eran simples, o parecían simples. Uno, 65 años, canoso, metro setenta como mucho; jeans de viejo, con cinturón al pupo y zapatos tipos timberland. El otro, 40 años, panza de birra, semi-bronceado, y muy poco parecido al canoso sesentón. El cuarentón fuma Particulares. Eso pude ver de reojo y añorar con mi olfato.
Mis oídos me traicionaron. Me alejaron del libro. Pero no me pude resistir... siempre me gustó la política, por eso soy revolucionario. El canoso sesentón rompió el hielo:

-¿Cómo podés votar a los kirchneristas? Ahí no hay cambio, es más de lo mismo. Jaime, Boudou, Abal Medina, y la mar en coche. 

El cuarentón tragó saliva y le dijo: 

-¿Y qué querés que vote? No voy a votar lo que me diga Clarín. ¿Lilita? ¿Michetti? No me rompas las pelotas, ¿vos que mierda votas hoy? 

Se hizo ese clásico breve silencio que presagia el estiletazo: 

- ¿qué carajo votaste en el ´73, viejo? ¿Votaste lo que te decían los diarios?

El cuarentón me aventó a escuchar con más precisión. Eran padre e hijo. O al menos eso fue lo que indicó mi espíritu de politólogo predictor. Me dio ternura, porque siempre fui revolucionario. Cerré el libro ya definitivamente, porque "el sublime objeto de la ideología" siempre puede esperar... 

- En el ´73, primero voté a Cámpora y después a Perón -contestó el viejo- Pero voté en el consulado de Eindhoven, ¿no te acordás que fui a hacer la maestría a Holanda, recién casado con tu vieja? 

- Sí, sí, la contaste mil veces... entonces no me rompas las frutillas con que yo voto a los K. Votaste a Cámpora y a Perón... 

- Pero en aquella época no era lo mismo... Yo me volví al país a reconstruir la patria...

- Siempre te lo quise preguntar, viejo: ¿Sos socialista, peronista, radical? Votaste a Alfonsín en el ´83, pusiste un Ateneo en casa, guacho! ¿Qué poronga sos?

El mozo, en ese momento, les acercó los cortados de rigor. Entonces hicieron una pausa. Y cuando parecía finiquitada la cosa, el sesentón arremetió:

- ¿Vos te crees peronista porque votas a los K? 

- ¿Y vos te crees peronista porque votaste a Cámpora? ¿O porque votaste a Perón?

- Yo no soy y nunca fui peronista. 

- ¿Sos leninista? ¿Trotskista? Dale, Pá´, no me rompas más los globos... siempre fuiste peronista, hasta cuando militabas en la Acción Católica...

- Yo no soy lo que voto, ni fui lo que voté.


Me acomodé un poco mejor en la silla de ratán del barcito en la calle desconocida del barrio populoso. Me rasqué la barba, como si lo hubiese escuchado hablar a Derrida. Porque vengo de leer que se mezclan Raymond Aron y Slavoj Zizek a la mano antojadiza de algún barthender de biblioteca. De pronto...

-Viejo, ¿nunca fuiste revolucionario?

-No. Alguna vez me sentí revolucionario, nada más.

-¿En el ´73 o en el ´83? Entonces no me jodas con el kirchnerismo... 

- ¿Qué tiene que ver el kirchnerismo con la revolución? ¿Qué tiene que ver el voto con la revolución, hijo?

-Viejo, votaste a Perón y hoy caceroleas...

Mi ternura stalinista afloró hasta la piel de gallina, tanto como no afloró la respuesta del Padre. No sé si me emocioné por el razonamiento del vejete canoso, o por la palabra "hijo". El canoso era La Zorra de Isaiah Berlin. El cuarentón sufría sus contradicciones internas y las trataba de disolver en las de su progenitor. Por un momento dudé si el sublime objeto era, para aquel simpático señor mayor, la Essen, la lista sábana o el FAL. No le pude preguntar, porque soy revolucionario y no pregunto. Supe que la predicción original fue certera (eran padre e hijo) pero empezaron a hablar en voz más baja, y no pude saber quién de los dos había ganado. Al rato de seguir intrigándome con sus tenues susurros, pagaron y se fueron. 
Vino la segunda y sagrada birra. Esa que no hay que pedir, porque el mozo amigo ya te ve sediento. El libro continuó cerrado, porque me quedé pensando en la revolución. Me quedé pensando en esos dos tipos que, en cinco minutos,  me habían desnudado todas la incertezas que las palabras pueden producir. Me sentí desnudo de teoría. Los quise agarrar con Lenin, con Sorel, con Arendt. Por un momento pensé que había una crítica al parlamentarismo y los quise entender con el Schmitt del ´23. Vino Rorty a tratar de ayudarme, pero rápidamente se las picó. Elster y Habermas hicieron lo propio. Y yo me quedé en mi silla de ratán, pensando, ¿somos lo que votamos?

Friday, October 25, 2013

Las figuras simbólicas del poskirchnerismo

En los resquicios de una agenda de por sí convulsa, hace ya un tiempo han venido siendo objeto de estudio y análisis una serie de figuras de la cultura de masas por parte de intelectuales de las redes sociales. La rutilancia de la etiqueta aplica en tanto estos escritores de lo que vulgarmente entendemos por microclima poseen elementos, categorías y perspectivas propias de ámbitos universitarios o cierta formación para poder abordar de manera crítica y analítica programas de TV, cantantes, conductores, etc. Nos parece que este interés en figuras, que en un amplio espectro abarca desde periodistas como Fantino y Feinmann hasta artistas como Karina y Soledad, consiste en una operación de creación de símbolos que servirán para disputar con el ya ¿residual? acervo cultural del kirchnerismo.
Sabido es que el segundo lustro de la década ganada se caracterízó por fuertes apuestas a la batalla cultural y a la aparición de figuras y el despliegue de dispositivos que luego se legitimaron y se asociaron de manera irreductible al universo kirchnerista. Sabido es también que dicha apuesta adolece de un visible desgaste, cuyo eco resuena en la parodia habitual de propios y extraños en el discurso 2.0.
El poskirchnerismo de las redes, que empezó alzándose en contra de la batalla semiótica e hizo de ello una de sus apuestas constitutivas,  entró en una segunda fase de "máquina de semiosis", basada principalmente en la utilización de figuras de la cultura de masas, su reapropiación y carga de significados que servirían para pugnar sentidos con el kirchnerismo. Batalla simbólica nao tem fin.
No obviamos el hecho de que esta configuración cultural de nichos (nuestro nicho, el mejor nicho) tiene un correlato en las exitosas elecciones del massismo, lo que planteamos es una sospecha: entre ese éxito, las representaciones y deseos de esos votantes, y las representaciones y operaciones culturales de los blogueros hay una distancia considerable (como en el kirchnerismo el 54 % tuvo poco que ver con la tirada de Página 12 o el impacto de 678)
Suele señalarse a Alejandro Fantino y a Eduardo Feinmann como encarnaciones de una subjetividad contenedora del sentir de mayorías frente a tópicos vastos como la política electoral o la inseguridad urbana. Estas figuras, si no marginales al menos no centrales en la grilla audiovisual, negocian sus filiaciones políticas de un modo diferente al que lo harían aquellas realmente masivas, quienes entablan sus posicionamientos en el mapa político en términos de negociación algo más directa con el poder.
Una nota común en la operación simbólica de estas figuras consiste en imbuir del espíritu self made man sus biografías. De este modo, no sería la cultura de masas la que impone figuras engañando, sino el esfuerzo denodado de cada uno haciéndose su lugar en la selva del show bizz. Se trate de jóvenes ingenuos del interior o apocados empleados en las sombras, estos representantes de una subjetividad referenciada como popular ganarían la luz de las cámaras sólo debido a cierta astucia o sentido de la oportunidad: habrían visto algo que el resto no.
En este sentido, resulta fundamental no confundir interpretaciones y sus apuestas simbólicas con el espíritu de la época, inevitable y esencial. La entronización de estos personajes no proviene de constatadores o meros observadores participantes, sino de agentes culturales que crean estos símbolos -“uno es uno y su objeto de estudio“-, sobreestimando de algún modo su eficacia comunicacional en algún caso, exacerbando su sintonía con el zeitgeist, en otros.
Los intelectuales de redes operan así como Borges (el Borges crítico) con Evaristo Carriego: toman a una figura popular y menor para convertirlos en representantes de constructos culturales que hablan más de sus autores que del objeto, y que les servirán para disputar posiciones en un círculo de discusión política que no carece de su dimensión estética.
Ante el consumo irónico del kirchnerismo con figuras lejanas a la “izquierda” aparece una reacción de consumo maldito del antiprogresismo.
En un artículo reciente, Luca Sartorio dice que “Feinmann desideologiza la escena para volverla más genuinamente política. (…) Prefiere ordenar la discusión más bien en los términos del combate al desorden desde cierto “sentido común” que pretende enarbolar“. Creemos que, por el contrario, ahí donde intenta darse asilo a un sentido común hecho estado de situación, allí mismo anida el sustrato de la ideología conservadora. La idea de encontrarse fuera de la ideología hace sistema con un fuera de la política que las intervenciones novedosas traen a colación. Ahora bien, además de ser críticos con esta postura, hay que entender bien qué es lo que se ataca. Es necesario decir “no todo es política o ideología” cuando se confronta un gobierno que ante cualquier problema de gestión o de política pública apela al famoso relato binario que sería la clave de la solución y el abordaje de cada conflicto. De esta manera, los poskirchneristas operan a la manera de lo que en lógica se conoce como ex falsum sequiter quod libet (de lo falso se sigue lo que agrada), de afirmaciones polémicas, discutibles, ponen en el tapete una cuestión que no puede dejar de ser tomada en cuenta por los kirchneristas. Pero tal vez no habría que dejar sin discutir esas estrategias de discusión con el kirchnerismo.
Al parecer hay una nueva etapa en la nano batalla cultural, que es una máquina de montaje de fábulas agonales en la que todos somos micro soldados y podemos meter nuestra cuchara semiótica.

Sunday, October 13, 2013

El Imaginario de Jorge

Imaginario ideológico (llegó Castoriadis)
Por Jorge Fontecchia



“Ustedes (a Sergio Bergman) no denuncian la corrupción, eso es lo que nos diferencia, en casi todo lo demás estamos de acuerdo... Santilli, si me limpiás la vereda, te voto”. Así sintetizó Elisa Carrió, durante el debate del miércoles pasado, las similitudes entre el PRO y el panradicalismo en la Ciudad de Buenos Aires. (Anoten los amigos de UNEN)

Ya en las elecciones de 2009, Pino Solanas había salido segundo absorbiendo muchos votos que fueron del PRO en las elecciones ejecutivas de 2007, que en esos dos años había bajado del 46% al 30%. ¿Son esquizofrénicos los votantes de Buenos Aires, que pasan del PRO a Solanas? ¿O los del panradicalismo, que pueden votar a Prat-Gay y a Pino? ¿O los del peronismo, que pueden pasar de Menem a Kirchner?

La respuesta es “no”, si se ordena el imaginario ideológico en un cuadrante (Buenaaaaaaaaa) dividido sobre la base de las dos polaridades que estructuran la política argentina: por un lado, la de soluciones que provengan de más Estado versus soluciones que resulten de más mercado; y por el otro, un ejercicio de un liderazgo populista versus otro institucional. (VÉASE CUADRO)




TIEMBLA EL ESTRUCTURALISMO GENÉTICO PAPÁAAAAAAAA


Es este segundo vector, y no como tanto se enfatiza el económico entre Estado y mercado, el que marca más la frontera ideológica que establece las preferencias de los argentinos a la hora de construir simpatía política.

Es obvio que hay desplazamientos y grises: Filmus y Taiana son mejores candidatos peronistas para la Ciudad de Buenos Aires porque casualmente son percibidos como menos populistas.

También hay condensaciones, por caso entre populismo, transgresión y juventud, valores que podrían concatenarse. Un ejemplo: los radicales cosechan fama de serios y antiguos, por eso valoran el aporte complementario de Lousteau, cuya esencia transgresora no sólo se manifestó al integrar el equipo kirchnerista sino al ser artífice de la infidelidad de una mujer embarazada en estado avanzado y que luego terminó perdiendo el bebé, (Guau, boludo, Sid Vicious el chabón!) algo que dentro de las tradiciones radicales debería ser imperdonable. (TODOS CURAS) (las tetas se me ríen tímidas, porque están precalentando) Pero la necesidad hace a la memoria selectiva, de la misma forma que quieren ver la actuación de Lousteau en la 125 como un freno de Moreno y no como un cómplice con diferencias de estilo.

La transgresión, que comenzó siendo peronista, se ha ido consolidando como un rasgo nacional, desde un Papa transgresor hasta Cuevana, el único sitio del mundo que inventó un Netflix sin pago. (QUÉ!? Riot Arrrrrrrgentina)

No es casual que la Presidenta haya elogiado la sinceridad ideológica de Macri, porque ella a su modo también la ejerce mientras que Néstor Kirchner era más de tirar la piedra y esconder la mano, acomodándose con más pragmatismo a las necesidades del momento. Aunque más a la izquierda que Scioli en eso, Kirchner era más parecido al gobernador bonaerense. (#Dudoso, nadie recuerda al Néstor sacado de la 125? Cuánta anamnesis)

Cada sector de afinidad y posible corrimiento se puede identificar en el gráfico que acompaña esta columna, (BOURDIEU UN POROTO) donde se encontrará junto a los políticos actuales algunos del pasado reciente como referencias. Cada cuadrante está dentro de otro cuadrante, que se lee de la siguiente manera: (Instrucciones a lo “Rayuela” de Cortázar)

Escalón de mayor institucionalidad. Más mercado: Macri y Sanz. Algo menos de mercado: (QUÉ SERIO) Cobos y Michetti. Y algo más de Estado: (COMPLEJIDAD Y CATEGORÍAS PRECISAS)  Binner y Alfonsín.
Escalón de algo menos de institucionalidad. (Juaaaaaaaa, OH barroco!) Más mercado: Reutemann y Cavallo. Algo menos de mercado: Carrió y Lousteau. Algo más de Estado: Filmus y Taiana. Definitivamente más Estado: Pino Solanas y Altamira.
Escalón de algo populista. (Oh escalón de algo populista, OH vena poética mía susúrrame) Más mercado: Massa y De Narváez. Algo menos de mercado: Scioli e Insaurralde. Algo más de Estado: Néstor Kirchner y Cabandié.
Escalón de mayor populismo. Más mercado: Menem. Algo menos de mercado: Duhalde. Más Estado: Cristina Kirchner.
(Acabamos de presenciar un episodio de sofisticación teórica inigualable, chapeau)

Los sectores de afinidad verticales (mercado/Estado) también sirven para comprender por qué Macri, Massa, De Narváez o en el pasado Menem pueden ser aliados tácticos en determinados momentos y todos mirar o haber mirado a Reutemann como un vecino ideológico. Y por qué Gabriela Michetti puede ser más amiga de Carrió, entre tantas otras ligaciones.

Claramente, el peronismo se identifica con el populismo, y el panradicalismo y el PRO con el institucionalismo o liberalismo cívico. Pero también las cuestiones geográficas y demográficas tienen mucho peso. Donde se concentra la mayor cantidad de industrias y obreros, el peronismo es más difícil de vencer. Menos que antes, por el crecimiento de los sindicatos de izquierda, pero también donde hubo más empleados públicos el peronismo ganó más fácilmente. Y lo inverso: en las zonas agropecuarias, al peronismo le es más difícil ganar.

Se le atribuye a Borges decir que en Suiza la política funciona porque sus ciudadanos no saben el nombre del presidente. Aunque parezca mentira, en Suiza también hay grandes diferencias entre las preferencias políticas de las zonas de producción rural y las urbanas, y allí hay un populismo agrario que viene ganando las elecciones de los últimos años. (y mentar a Suiza en este punto de la argumentación es para…?)

Con el mismo esquema del cuadrante, en Suiza se mantiene el vector horizontal de Estado versus mercado, pero en el eje vertical se encuentran integración y sociedad abierta arriba versus tradicionalismo y conservadorismo abajo. El populismo suizo es de derecha, con el Partido del Pueblo Suizo (curiosamente conducido también por un líder carismático) que, férreamente nacionalista, se opone a la integración europea y a la inmigración y es casi imbatible en las zonas rurales. El miedo, ya sea a perder el trabajo o a la inseguridad, es siempre un gran aglutinador de consenso. En Suiza, el espacio de Altamira lo ocupa el Partido Verde.

Hay siempre un orden en el imaginario ideológico de los sistemas democráticos plurales que puede desplazarse algunos grados en alguna dirección, según las particularidades de cada país, pero siempre tiene su lógica. (“La lógica del orden en el imaginario ideológico de los sistemas democráticos plurales en Jorge Fontecchia”, Tesis de Fsoc, 2022.)

Probablemente, en la Argentina de 2015, después de dos décadas de extremos, la tendencia de la sociedad sea acercarse al centro.  (#Probablemente, prescripción, expresión de deseos, colgarse de las tetas de la onda “poskirchnerista“? Final abierto)

Saturday, October 12, 2013

Purificación

Ahora
En una casa, sola, grande
Demasiado, grande, demasiado
Con la espalda, ardiendo, la espalda, que late, ardiendo

¿Cómo mal decir
Lo mal oído?


Un silencio estridente

Wednesday, September 25, 2013

Coda a "Melancolía, percepción y belleza"

No habría, allí, una concepción un tanto idealista/metafísica de la belleza? Consideremos que, en clave materialista, no sería posible la belleza (entendida como una experiencia de goce estético con las cosas) fuera o contra el lenguaje, ni despojada de sentido. Es cierto que esa experiencia, en tanto novedad y acontecimiento, obliga a operaciones en la lengua y a prácticas deconstructivas por fuera de lo estrictamente estético, pero las dificultades para dar cuenta de ella no le niegan humanidad e historicidad, como tampoco niegan que el lenguaje es su condición de posibilidad.
Tal vez, podríamos pensar al melancólico como aquel sujeto donde se produce una escisión traumática a partir de la imposibilidad de homologar o encontrar formas de funcionalidad entre dos planos: el sensorial-perceptivo y la racionalización de todas las convenciones que le hacen perder los lazos con la cultura. Frente a ellos, el melancólico queda obligado a resolver por vía del despojo, de despojarse de uno u otro aparato; si se impone el aparato racional, el melancólico mata los sentidos y el conflicto entre las palabras y las cosas queda ceñido a la desnaturalización, a la arbitrariedad de lo "real". La otra vía, la anulación de lo racional en pro de lo perceptivo, dota a la experiencia estética del sujeto de tal intensidad que no pueda darle cauce por el lenguaje, y así, su conflicto es la inadecuación de toda palabra a eso que experimenta, y que sólo puede ser dicho de manera metonímica o metafórica. O sea, por el arte.

HAL

Wednesday, September 11, 2013

Melancolía, percepción, belleza.

“Mientras tanto sigo siendo una poetisa: canto lo que me pasa y lo que soy. Y esta fama me viene de mi sangre noble; y cuando el espíritu celestial se mueve en mí, inflamo rápidamente los corazones, igual que un dios. Y los corazones entonces se ponen fuera de sí y buscan un camino que no es de este mundo” 
                             La Melancolía habla en persona, Tscherning


“La belleza es inhumana, allí su misterio más preciado, y su posibilidad de subsistencia.”
“Lo bello es inaprensible, el lenguaje humano es su propio límite para hacerse-de... pero lo intentamos: en la poesía, la música, la pintura.”
“Lo bello duele al lenguaje, que no puede aprehenderlo.”                          Emmanuel Taub


Julio Premat en La dicha de Saturno lleva a cabo un breve repaso sobre la representación y reflexión de la melancolía en occidente a lo largo de los años tanto en el plano artístico como en el filosófico, médico, psicológico, etc.
En general la figura del melancólico se caracteriza, según Premat, por el ensimismamiento, la queja sin razón aparente, las obsesiones dolorosas ante el paso del tiempo y la inminencia de la muerte, la falta de energía vital y la impresión acuciante de la falta de sentido tanto en el discurso como en el mundo. Pero por otro lado, el melancólico es también un ser lúcido, comprometido en una dinámica de aprendizaje y saber sin límites, pero de un saber inoperante e inútil. Esta conjunción de impotencia y extrema lucidez es la que produce el conflicto fatal en el personaje del joven en Belleza Americana, desfasaje en  la capacidad de decir la experiencia de la belleza.
El hijo de un ex militar filo nazi y una autista está afectado por una suerte de voracidad por atrapar lo real que vehiculiza filmando. Su cuarto está repleto de cintas y usa todo el tiempo su cámara con la que a lo cultor de la nouvelle vague de suburbio norteamericano filma escenas nimias, intrascendentes, banales de la cotidianeidad, como el vaivén de una bolsa de plástico en el viento. Walter Benjamin señala como en el estado melancólico “las cosas más insignificantes, a falta de una relación natural y creativa con ellas, se presentan como una cifra de una sabiduría enigmática“ (Benjamin, 133). Esta escena de la bolsa, parodiada hasta el hartazgo (hay que correr ese riesgo) pone en primer término el problema de la belleza, la percepción melancólica y el lenguaje. Esta breve filmación es absolutamente melancólica aunque (o justamente por eso)  no se hable de la melancolía, y , en rigor, no se hable de nada. Esa nada invisible para el ojo común es la que puede aprehender el sujeto melancólico. Mientras mira la filmación que le muestra a Jane, dice “There is so much beauty in the world, that sometimes i feel i can't take it". El homo melancholicus sabe, debido a su extrema lucidez, que “Hay muchísima belleza en el mundo“. Ve lo que incluso el resto no ve. Pero es impotente para aprehenderlo: “Que siento que no puedo atraparla“. Soy finito, mi percepción, lenguaje y aparatos de captación de lo real son insuficientes para eso que me excede. El melancólico “expone, ante todo, que nada puede decirse” (Premat, 131). Sabe que con los ojos vueltos de lo que vio (“La belleza es siempre temible/ y se hace difícil poder soportar”) sólo puede testimoniar que de eso no se puede testimoniar del todo. Sólo puede poner en escena, mostrar que hay una asimetría entre experiencia y lenguaje. La frase “Los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje”, que para el giro lingüístico es la condensación de una mera posición filosófica,  el personaje atrabiliario la vive como una verdadera tragedia, con todo el espesor de la idea de “límite” que encorseta, impide, aprisiona. Lo único esperable son astillas de experiencia/belleza, sesgos y marcas salvadas gracias a la fidelidad con ellas: “La melancolía traiciona al mundo por amor al saber. Pero en su tenaz absorción contemplativa se hace cargo de las cosas muertas, a fin de salvarlas” (Benjamin, 149); fragmentos rescatados, como la escena insignificante de una bolsa que baila en el viento.


Friday, July 19, 2013

Nostalgia I: "en las cerradas manos recién nacidas."



"En la sala de arriba nos repartías
de mañana, de tarde, de dual estiba,
aquellas ricas hostias de tiempo, para
que ahora nos sobrasen
cáscaras de relojes en flexión de las 24
en punto parados.

      Madre, y ahora! Ahora, en cuál alvéolo
quedaría, en qué retoño capilar,
cierta migaja que hoy se me ata al cuello
y no quiere pasar. Hoy que hasta
tus puros huesos estarán harina
que no habrá en qué amasar
¡tierna dulcera de amor,
hasta en la cruda sombra, hasta en el gran molar
cuya encía late en aquel lácteo hoyuelo
que inadvertido lábrase y pulula ¡tú lo viste tánto!
en las cerradas manos recién nacidas.

      Tal la tierra oirá en tu silenciar,
cómo nos van cobrando todos
el alquiler del mundo donde nos dejas
y el valor de aquel pan inacabable.
Y nos lo cobran, cuando, siendo nosotros
pequeños entonces, como tú verías,
no se lo podíamos haber arrebatado
a nadie; cuando tú nos lo diste,
¿di, mamá?"

(Trilce XXIII, César Vallejo)


El alquiler del mundo donde me dejás.

Saturday, May 18, 2013

Fracaso, etc

“En este cuaderno estudiaré los progresos que hace en mí la idea de fracaso: cada día estoy más familiarizada con ella. ¿Por qué de pronto escribo esto? No lo sé…”  Rosa Chacel

" Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor"// "Golpe a golpe, verso a verso"

"Menos por un impulso vitalista, que por una necesidad extrema de supervivencia, Barthes afirma la voluntad de inscribir su trabajo a partir de ese momento bajo la divisa incipit Vita Nova. Este programa, al que ya había aludido en la Lección inaugural de la cátedra de Semiología Lingüística, tiene alcance existencial y se basa en una teoría de las “edades” como mutación y no como progresión de las posibilidades de vida. La exigencia de trabajar activamente sobre sí
mismo para propiciar el advenimiento de lo nuevo no nace de un reclamo moral de perfeccionamiento, sino de la necesidad de recuperarse de la aflicción y la acedía. El trato cada vez más íntimo con los fantasmas de la impotencia amorosa y creativa habrán sido, cuando la vida recomience, condiciones casi negativas para su renovación.
Como habría hecho Proust, con quien establece una identificación casi absoluta, mediada por la creencia en el valor absoluto de la literatura, Barthes encomienda su mutación al descubrimiento
“de una forma que recoja el sufrimiento (que acaba de conocer de manera absoluta, con la muerte de su madre) y lo trascienda” Giordano, A.

Suele pasarme de escribir treinta y tantos poemas de un tirón, en una especie de éxtasis cuya naturaleza no conseguiría definir. Esta vez, empecé con un título “El guardador de rebaños”, y lo que vino después fue la aparición en mí de alguien a quien di desde ese momento el nombre de Eduardo Álvarez. Perdónenme el absurdo de la frase: había aparecido en mí mi maestro.



A veces me quedo postrado en el intervalo entre las palabras y las cosas

A veces fallo en el intervalo entre las palabras y las cosas
A veces bailo en el intervalo entre las palabras y las cosas
A veces hallo en el intervalo entre las palabras y las cosas
A veces boxeo en el intervalo entre las palabras y las cosas


Wednesday, May 08, 2013

Respuesta

"La web es, precisamente, el lugar donde esas versiones atávicas de belleza dominante y dominada encuentran su plena liberación. La organización territorial más exitosa de Twitter, por ejemplo, es la fiesta Rispé, donde la gente más horrible se junta a ser feliz y celebrar su cuerpo. La web los ha liberado. No creo que padezcan hoy nada. Todo lo contrario. Respecto a que una chica con pleno dominio de los protocolos contemporáneos y de las herramientas de construcción digital del "self promoting" y "mind idea" esté siendo "cosificada" me parece, bueno, poderosa, poderosamente relativo y discutible. No hay, por supuesto, nunca, relaciones de igualdad entre hombres y mujeres. "

Bajo la sombra de las muchachas posmodernas en flor

  A Analissa, "Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial" (Baudelaire)
                                                                                       
 "El catolicismo y la mujer es un oxímoron" (De Diego) agrego "El mercado y la mujer no"
                                                                                                 

A Mavrakis debemos agradecerle hacer del affaire Analissa un tema debatible o, directamente, un tema. Inspirado por la musa de la UCA ha escrito esto , y el interés de esa nota interpela y despierta las ganas de ciertas respuestas o la polémica respetuosa.
El escritor de la revista Paco le otorga a la jeune la conciencia de un trabajo en el proyecto de su exposición en las redes. Poniéndonos derrideanos, vamos a darle un lugar de prima importancia al paratexto menor de los comentarios a la nota:

"Lector: Como diría Deleuze, la joven Analissa no debe saber ni para qué la están usando (me refiero, sobre todo, al mercado)."

A lo que el autor responde: "Si la conclusión es esa, escribí todo mal. Ella te está usando a vos y al mercado. Y lo goza y lo sabe hacer y yo la felicito con amor."

En el problema del sujeto usando al sistema o el sistema usando al sujeto está el quid de la cuestión porque se define, entre otras cosas, la mirada posmoderna o no sobre un fenómeno. La idea de que un sujeto, cualquiera, en este caso una bella joven pueda "usar" al mercado, que lo "goce" y lo "haga saber" supone una concepción absolutamente individualista, intencionalista y, si se me permite, ingenua, de cómo funcionan los mecanismos de dominación y praxis social. Entre el sujeto althusseriano como mero efecto de estructuras y esto, algo debe haber.

Luego Mavrakis lleva a cabo una analogía interesante con una concepción de la literatura:

"Amis dice que una de las vulnerabilidades históricas de la literatura, como objeto de estudio, es que nunca resulta demasiado compleja. This may come as news to the buckled figure of the book reviewer, but it’s true, dice Amis. A pesar de los intentos de elevar el tema, complicarlo, sistematizarlo, interactuar con la literatura es fácil. Con los culos de Ailen y Analissa, cuya visibilidad se rige casi por un algoritmo de autogestión de yo digital y global, pasa, en una zona distinta de la creación, exactamente lo mismo."

Es interesante pensar este planteo porque, efectivamente, la interacción con la literatura sucede, en palabras de Whistler "art happens", y con el deseo pasa lo mismo. Ahora bien: esta inmediatez no significa de ninguna manera que la interacción con la literatura sea "fácil", sin trauma. En qué estado queda el sujeto que lee "Explicar con palabras de este mundo/ que partió de mi un barco llevándome" (Pizarnik) o "la muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules/ te hiere con una bala de plomo con precisión te hiere" (Paul Celan). ¿En qué estado desubjetivador se encontraba el que lo escribió?. Desde otro punto de vista: ¿esa facilidad de interacción con la literatura o con el culo de Analissa no tiene, por debajo, sedimentado, capas y capas de aculturaciones, imposiciones, mecanismos dominantes, instituciones que determinan a lo largo de la historia lo literario o lo no literario, lo bello o lo no bello? La mirada que interactúa y que mira el jardín de ninguna manera es virgen. Cierta posmodernidad baila risueña sobre las caída de todos los relatos, pero no ha terminado con una de las ideas más metafísicas de occidente: lo bello y la estética. (1)

La perspectiva idílica de voluntad, el trabajo y el amor con que Analissa construyo su periplo 2.0 olvida, en una anamnesis que celebra lo dado, el hecho de que efectivamente e irremisiblemente estamos en una sociedad en la que ciertos sujetos son convertidos en objetos de deseo y otros no como efecto de mecanismos de dominación. ¿Tengo que pensar todo esto antes de calentarme con X tipa? no. ¿Saber que mis percepciones y categorías, incluso las más privadas, están determinadas y son objetivables, pensables, prestas a ser deconstruidas, va a cambiar el modo en que me siento atraído y hablo de estas cuestiones? no. Pero dados a pensar y "analizar" el tema, no vendría tan mal un poco de racionalismo crítico. Por lo menos este "gnomo" de jardín así lo considera.

Lo flagrante del discurso pacato, censurador y pelotudo de los compañeritos de la musa son pan comido y fáciles de desestimar, ¿a quién le gusta la censura en países laicos y de mentalidad abierta? lo que parecería ser mas complicado es pensar la censura productora, los sujetos y prácticas que son apartados de estos episodios, los premiados y los olvidados de la maravillosa vida de redes que te permite exponerte sólo si, claro, cumplís con los códigos absolutamente rígidos, retrógrados, dominantes y metafísicos de "lo bello". En este sentido, creer que lo de la pulposa católica es transgresión mueve un poquitito a risa. Transgresión hubiese sido si, luego de leer al marqués de Sade, la bella hubiese abierto nuevos agujeros en su cuerpo para meter crucifijos, por poner un ejemplo. Pero claro, y acá Mavrakis defiende bien su punto "Sacrificio y erotismo estaban bien para George Bataille en los años cincuenta, pero las cosas han cambiado".

Las gorditas a Analissa la envidian, y los tipos la desean (¿gays y lesbianas? bien gracias, no cuentan en el panorama de hegemonía receptiva que bien se identifica). En esta tónica el escritor va finalizando con: "Obligado a despreciar a las gordas porque van en detrimento de la belleza física en interés del igualitarismo". En el jardín metafísico, la belleza física es un bien a custodiar en un templo asediado por el igualitarismo horroroso que sueña con sociedades en la que una chica aymará sea igual de bella que una caucásica, o que lo valorable de un sujeto dominado (en este caso la mujer) sea el acceso a los lugares en que supuestamente no puede acceder y no a aquellos en los que el mercado ya tiene asignado un espacio, modificar la repartición de lo sensible y no meramente celebrarlo. (2)
En el jardín de la dominación, el deseo es manipulable y obvio. "Si todo gira en el shopping disco zen, tu belleza es de shopping disco zen".

(1) Para una perspectiva sociológica y antikantiana sobre la estética ver La distinción. Criterio y bases sociales del gusto de Pierre Bourdieu.

(2) Claro que aquí es complejo, el feminismo que se queja de la cosificación de la mujer olvida que las chicas de revistas ganan muchísimo mas que las respetadas, cuidadas y no cosificadas docentes, por ejemplo. No es menos víctima la cosificada Analissa que las adjuntas a cátedras en negro

Tuesday, May 07, 2013

905 km

                                          "Es yo quien dice 'Yo'" Èmile Benveniste


Recordar la utopía
a veces la infancia
es
un niño que llora con la cara entre los brazos
o
lanza un incierto avión de papel al aire
otras
"Pura yema innumerable, padre"
y
"To tuve un pasado pleno y pobre, como Vallejo"
después
el quiebre del hogar, la partida, lo lejano
ahora, ni jirones.

                                               E. Álvarez

Sunday, April 21, 2013

Ensayo sobre la vida como ensayo.

“Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor” Samuel Beckett

“El tesoro que no ves/ La inocencia que no ves/ Los milagros que van a estar de tu lado /Cuando comiences a leer de los labios/ Y a ignorar los embustes y gustar/ Con tu lengua de las aguas que son dulces/ Aunque te sientas mal/ Placer que es cruel, sin lagrimas” Indio Solari

“No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible.” Píndaro

Theodor Adorno afirma que la forma del ensayo (como género discursivo) no tiene orígen ni desarrollo; comienza por donde quiere y termina donde se siente que ha llegado a su fin, parece que todo el tiempo va a terminar y concluir, se interrumpe y luego recomienza; cada vez se apuesta todo. La vida tiene forma de ensayo: no es desarrollo sino ritmo; una serie de progresiones, detenciones, persistencias, agrupamientos, cortes y fluidez. Qué otra cosa sino eso es el Míto de Sísifo según Camus: Los dioses lo condenaron a subir sin cesar una roca hasta la cima de una montaña desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Esfuerzo, “triunfo” e interrupción fatal, caída. Para Camus es el “ héroe absurdo” al que “Su desprecio de los dioses, su odio a la muerte y su apasionamiento por la vida le valieron ese suplicio indecible en el que todo el ser se dedica a no acabar nada.”. Ante el destino trágico, es sólo dolorosa la vida de Sísifo?: No. Uno debe imaginarlo feliz :

"La felicidad y lo absurdo son dos hijos de la misma tierra. Son inseparables. Sería un error decir que la dicha nace forzosamente del descubrimiento absurdo. Sucede también que la sensación de lo absurdo nace de la dicha. “Juzgo que todo está bien", dice Edipo, y esta palabra es sagrada. Resuena en el universo feroz y limitado del nombre. Enseña que todo no es ni ha sido agotado. Expulsa de este mundo a un dios que había entrado en él con la insatisfacción y la afición a los dolores inútiles. Hace del destino un asunto humano, que debe ser arreglado entre los hombres. Toda la alegría silenciosa de Sísifo consiste en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su cosa. Del mismo modo, el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, hace callar a todos los ídolos."

Sísifo sabe que es dueño de sus días y sigue la marcha, el ritmo, la detención, el recomienzo. Sísifo insiste. Cae en la cuenta y sabe con lo que cuenta, que es todo: “No hay sol sin sombra y es necesario conocer la noche.” Se trata claramente del “Atrapa el día”, el Carpe diem Horaciano, que no es la expresión de optimismo pelotudo que lamentablemente se ha generalizado. Horacio le dice a Leuconoe en la Oda I, 11:

 “…Dum loquimur, fugerit inuida/aetas: Carpe diem, quam minimum credula postero”

(“Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso. Atrapa el día, no te fíes del incierto mañana.”)

Atrapar el día en su totalidad: la brisa reconfortante y el amante que nos abandonó, la belleza de la muchacha o muchacho que pasó por la ventana y la ausencia de la madre, el chiste salvador y el trabajo pesado, una canción conmovedora y los sueños frustrados. Es todo, “Cada uno de los granos de esta piedra, cada fragmento mineral de esta montaña llena de oscuridad, forma por sí solo un mundo.” Sabemos con lo que contamos, y esa conciencia a veces surge como confesión a sí mismo, como revelación en estado de determinación y cautiverio: Sísifo ve y se da cuenta, pero es ciego.  Julien Sorel, el personaje de “Rojo y negro” de Stendhal “vio claro en su alma” en la prisión, antes de ser ejecutado.
María Sambrano ha dicho “enamorarse es ser vencido sin rencor”; hay un goce en la pérdida de si mismo. Vivir es ser vencido sin rencor y resignarse dichoso a la sucesión de fracasos. Todo paso es un paso en falso, todo envite una falla inminente. En un verso vallejiano del poema IX de Trilce se lee la insistencia: Busco volvver de golpe el golpe.” para luego reformular lo mismo así: Fallo bolver de golpe el golpe.”. Versos en los que está presente el conato spinoziano: se persiste en la insistencia, resistimos a la autodestrucción, empujamos la piedra de nuevo.
Lo único que poseemos es la certeza de nuestra desposesión y la certeza de las interrupciones.

Coda

Tres figuraciones del conato, de la insistencia en el fracaso:

I. Escribir sobre la imposibilidad de escribir ("Quiero escribir pero me sale espuma", Vallejo)

II. Escribir sobre la imposibilidad de vivir ("esta lúgubre manía de vivir/esta recóndita humorada de vivir/ te arrastra alejandra no lo niegues.", Pizarnik)

III. Vivir sobre la imposibilidad de vivir.




Monday, April 15, 2013

Yamil Santoro: una lectura profundamente sociológica e insoslayable sobre el 18A

i#Cacerolazo | Polémica #21M o #18A ? A cuál ir? (Estamos ante lo que en lógica se conoce como DILEMA; el del prisionero un poroto ante este en el que verdaderamente se nos va la vida)


En estos días observamos que se propagó con bastante éxito la fecha del #18A adquiriendo comparativamente una mayor presencia online (por menciones) que la fecha propuesta para marzo (Ajá). Más allá de este detalle de orden técnico la verdad es que no hay UNA fecha. (Si, el 18  de abril) No podría haberla jamás, fruto de que el movimiento es descentralizado y funciona con una lógica celular o atomizada. ( 1) Unicelular, de organismo unicelular?. 2) Atomizada se se, pero confluyen una serie de temas que MAGICAMENTE forma parte del conglomerado de preocupaciones de las clases urbanas antiperonistas y la agenda medíatica, capo de la vida) Así las cosas, a lo máximo que podemos aspirar como genuina democracia participativa es a lograr una fecha o decisión con un alto nivel de adhesión. (¿Hay fecha o no?. También podrían aspirar a armar un partido y presentarse a elecciones, a votar a la derecha, etc)

Una vez que se dan los acuerdos para lanzar una fecha entre la X cantidad inicial de locos que la proponen ("Locos" como tipos que, desafiando todos los principios del pudor y atravesando todos los alambrados del cerco de la pelotudez se ponen en pelotas para convocar a una marcha? A esos te referís?) , después hay una etapa de viralización que ya no depende de ellos. La viralización refrenda una decisión tomada por terceros sin ninguna legitimación o atribución especial. Sea por mejores argumentos, simpatías personales, economía de recursos o mayor capacidad de comunicación (O cualquier banana), algunas ideas prenden más que otras. Así las cosas, nadie puede obligarte a ir a una fecha o hacer que dejes de ir a la otra. (1) Asi las cosas bis 2) Que nadie puede obligar a una fecha u a otra y las razones por las cuales prendió el 18 A son reveladoras y contundentes, te felicito, la verdad: impecable.

El tema es cuando se lanzan 2 fechas que compiten entre si. ("Los hermanos (de derecha) sean unidos, esa es la ley primera...") Y acá, como liberal que soy (Admiro que lo digas tan orgulloso, qué blasón) , debo recurrir a la competencia como mecanismo para resolver este conflicto. (Ah, claro, la struggle for life, hola Darwin, hola Spencer, que ideas tan bellas, Oh! Que gane el mejor) Pueden encarar a la competencia como un juego de suma 0 (asumiendo que el público total objetivo es X y que si va a una fecha no va a la otra), pueden plantearlo como algo no excluyente (se puede ir a A o B) o inclusive se puede apuntar complementariamente a ampliar la presencia en las calles incorporando nuevos actores. (¿Compiten entre si? Jojojo, por eso el igualitarismo cooperativista y lo que hay de eso en el populismo va a triunfar GILES)

Personalmente creo que 2 fechas son innecesarias y que si bien no se contradicen, generan un desaprovechamiento de fuerzas que no conlleva ninguna ventaja en particular. (Eso, diálogo y consenso, El Pacificador Santoro) El #Cacerolazo (#EstoNoEsTwuitter) no se agota como fenómeno político en la presencia de X número en la calle. Si no en su instalación mediática, (cláaa) en las reacciones políticas que genera y en los niveles de consenso. Así las cosas, (Así las cosas bis bis) a juzgar por las reacciones objetivas del mercado (DEL MERCADO?), el #18A parece tener la ventaja en todos los campos por lo que sugiero concentrar nuestros esfuerzos en esa fecha. (Qué buena idea, vamos, faro! sos el Platón twuittero de la cacerola, el Ariel venido a menos de una agenda antik digitada y liberal ENIO) Fecha tan arbitraria como cualquier otra pero que, a la luz de los hechos, al estar más instalada y darnos más tiempo para trabajarla resulta ser la opción más eficiente para el movimiento. (EL MOVIMIENTO)

Saturday, March 23, 2013

La falta no desaparece

                                                                            
                                                          (La dimensión de @L_Maga)

                                                                     

País (Juan Gelman)

"¿El universo? Claro ¿El infinito? Además.
¿La carne? Desde luego. Carne celeste
o con un cielo arriba que nubla cuando tocás
el odio y llueve un agua triste.
Una vaca pace en el hueso que vas a recordar.
¿Y los que olvidan?
¿Se tapan como indios las vergüenzas?
País desaparecido en una gorra militar,
¿estás en lo que venga?
Lo que vino es cobardía y desprecio.
Tumbas cavadas en el agua, Paul Celan.
El día me recuerda que no soy árbol y no tengo raíces de pájaro.
Vivo vagamente
y nadie me ve entrar."

Hueso, desnudez de indio, no tener raíces: figuras de la falta.

"País desaparecido en una gorra militar," Una sinécdoque dentro de otra: el todo por la parte, no desaparecieron las víctimas solamente, desapareció todo el país. La gorra militar,  la parte por el todo, metonimia de la dictadura.

"Tumbas cavadas en el agua, Paul Celan.". El poema de Celan "Fuga de la muerte" dice sobre la vida en los campos de exterminio nazi:

"Negra leche del alba la bebemos al atardecer
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche
           bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él"

Gelman trae el intertexto de Celan como hilo conductor entre los dos horrores, modificando el elemento en que se cava la tumba (el agua) recordando los vuelos de la muerte. Lo que en el poema de Celan es una suerte de liberación oscura (no se está estrecho en el aire) en el de Gelman es sólo horror.

Friday, March 15, 2013

De un Rizoma para los rizomas.

Las tecnologías 2.0 como estímulo para el pensamiento y la estética rizomáticos. (Idea y subtítulo de @Hal______ )


Toda perspectiva materialista del arte debe poner en primer plano las condiciones técnicas de la producción y creación. Desde la téchne de la escritura (Derrida) hasta la de la reproductibilidad técnica (Benjamin).


Las redes sociales no han desplazado a los soportes tradicionales que siguen siendo los vehículos de consagración (el libro); pero han sido utilizados por escritores (los conocidos y los "cualunques" en términos de Rancière) para escribir, ser leídos, compartir e intercambiar. Eppur si muove


Las plataformas virtuales encorsetan y determinan las formas literarias, la brevedad parece ser la regla.


Las redes (twuitter, blog, facebook), pero especialmente el hijito de Jack Dorsey "in-forman" y guían el modo de razonar, exponer y escribir los pensamientos, no sólo por los 140 toquecitos, sino por la velocidad de esa red, su caracter de vidriera polífónica, la constante renovación que nos llevan a querer apurarnos para "responder" u opinar de un tema con el cual el presente es acuciante.


¿Cuál es el "Archivo" de estos modos de escribir en redes?


"Cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo. Eso no sucede en el árbol ni en la raíz, que siempre fijan un punto, un orden.(...) Un rizoma no cesaría de conectar eslabones semióticos, organizaciones de poder, circunstancias relacionadas con las artes, las ciencias, las luchas sociales. Un eslabón semiotico es como un tubérculo que aglutina actos muy diversos, lingüísticos, pero también perceptivos, mímicos, gestuales, cogitativos: no hay lengua en sí, ni universalidad del lenguaje, tan sólo hay un cúmulo de dialectos, de patois, de argots, de lenguas especiales." (Mil Mesetas, DyG)


Twuitter favorece el género "menor", el fragmento, que también corre buena suerte en esa literatura mínima de los boletos de colectivo, los sobres de azúcar y demás: el proverbio, la sentencia, el axioma, el chiste, la parodia breve, el slogan, el epigrama, el poetuit, el enlace, la chicana, la puteada y el escarnio.


Amigos escritores y usuarios de redes puestos a componer un texto a partir de un tema que han reflexionado en, por ejemplo, twuitter, me comentaron detalles del proceso escriturario que confirman estas "hipótesis rizomáticas"; me contaron que el hecho de mencionar un posible texto en las redes los compelía a escribir (la mirada de los otros, creación de expectativas, el deseo pluriforme, etc) También, que parte de la composición consistía en recuperar esos twuitts o fragmentos desperdigados y luego, indefectiblemente, entregarse a una estructura rizomática, que otorga, paradójicamente, una coherencia formal y estética mayor.


Montaigne, precursor del fragmento amaría las redes sociales. Montaigne precursor de twuitter.


Las tecnologías como estímulo para creaciones y modos de intervención no totalizantes, fragmentarias, menores e inextricables con las voces de otros. Marginalias 2.0



Un ejemplo eximio sobre un tema candente (De paso, gracias Herr Hal): 



Sunday, March 10, 2013

Raffo "Piros" on Venezuela.

Revolución y muerte (Rockaaaanroll y fiebreee van de la mano los dooos)

  Por Guillermo Raffo | 10/03/2013 | 12:10 (William “Kitchen on FIRE” Raffo)

 18 0 0 Comentarios | Este artículo fue leído 2486 veces

En su obituario sobre Hugo Chávez, publicado sin firma, el diario The Guardian le roba a Beatriz Sarlo uno de sus giros retóricos favoritos para cuando tiene que afirmar un disparate.(te creo porque sos especialista en la espeleología del disparate) Dice: “Lo que ni siquiera sus críticos más acérrimos podrán negar es que a Chávez realmente le importaban los pobres. Tenía un gran corazón, y va a dejar un gran espacio vacío en el corazón de la gente común, no solamente en Venezuela sino en todas partes de Latinoamérica y el mundo”.

Levanto la mano. (ay que pelotudo) Señorita, (Qurés ir al baño?) disculpe, no es así. No le importaban los pobres, ni le importaban las personas, en general.(YO ACUSO) Y esa primera oración sugiere que tampoco deberíamos negar la segunda, que es mucho peor y encima dice “gran” y “corazón” dos veces. ¿Podemos empezar de nuevo? (tu socialización y aprendizaje? Dale, por favor)

Se me ocurren pocos eventos más previsibles que el anuncio de la muerte de Chávez, quien como todos sabemos estaba muerto desde hace rato. (FRANKENSTEIN) El uso litúrgico de esa muerte era fija también, cómo se lo iban a perder. (eeeh el uso litúrgico de la muerte, forma parte de costumbres rituales de antaño que tratan de lidiar con la muertPARA QUE ME GASTOOOO O O O) Lo que me sorprendió (Cualquier cosa pudo haber sido, TupperHouse) fue la cantidad de gente más o menos funcional que recordó con cariño a un militar dictador (Reelecto tres veces, renovación de los modelos de Mussolini y Franco, DICTADURA DEL SIGLO XXI). Noté también (Qué observador agudo) que las elegías a Chávez omitieron, casi todas, su legado más importante: las maneras novedosas que descubrió para disciplinar a su pueblo, algunas de las cuales (?) ya fueron adoptadas por el “franchise” argentino de la revolución bolivariana, también llamada –me enteré hoy, gracias a un agitador kirchnerista no-cristinista– “revolución sin muerte”. (Hola Martín Rodríguez)

Ante todo, está por verse si fue una revolución. Los amantes más sinceros de la revolución –Martín Caparrós, Roberto Gargarella, no sé, el trotskismo– (Re coherente la tríada) dirán que no, seguramente. Lo que quede de la derecha en Argentina, dos viejitos en sillas de ruedas, dirán que sí, igual que el kirchnerismo. Yo diré que no me importa, (UPA, fuerte) pero con muerte fue seguro.(Si, ponele)

Los desaparecidos en la Argentina, (uuuuh en serio Raffito? También en este tren de miseria te vas a subir?) ¿cuántos fueron? ¿Diez mil? Supongamos que no sabemos que la cifra real es mucho menor que la que durante años nos hicieron cantar en las marchas de la resistencia,(te pegaban?, con razón!) como buenos pelotudos que fuimos. (Yo no estaría tan segura con el pretérito del indicativo) Aceptemos, para no complicar la discusión, que fueron los treinta mil canónicos, nomás. Las fuentes más conservadoras hablan de 120 mil homicidios durante el gobierno de Chávez. El criminólogo venezolano Fermín Mármol García da la cifra más precisa de 155.788, contabilizando sólo hasta 2010. En todo caso, parafraseando a Les Luthiers, podemos asegurar que “más de cien eran”. (Ajá…Y la cifra de homicidios en EEUU, por ejemplo?)

Es horrible. (No llores) Estamos redondeando muertos de a miles. Porque el gobierno venezolano hace todo lo posible por ocultarlos (?!) y porque a partir de cierto punto ya te da lo mismo, (Qué banal el tipo este, por dios, que heredera de Sacher Masoch que soy) salvo que alguna víctima te toque más de cerca. Es muchísima gente. Casi tanto como las bajas –civiles y militares– durante la guerra de Irak; más muertos que los que se contabilizan durante el mismo período en México, un país con cuatro veces más habitantes, durante el enfrentamiento de carteles más sanguinario de la historia. William J. Dobson es una fuente confiable, y de Venezuela sabe mucho. Dice que en un fin de semana promedio, durante el año pasado, moría más gente asesinada en Caracas que en Kabul y Bagdad sumados. (Ajá… y eso que tiene que ver con la responsabilidad del gobierno de Chávez?, imagino que aún en tu labil capacidad cognoscitiva podes ver la diferencia entre violencia institucional y criminalidad común)

La inseguridad era un problema en Venezuela antes de que asumiera Chávez, (Aaah OK) pero un crecimiento del 223% en homicidios no es un detalle: es síntoma de algo constitutivo en su gobierno. (Ah si? Según que estudios, qué pruebas? El aumento de los homicidios es un fenómeno global, cachito de mazapán reñido con la lógica) Sólo el 6% de los crímenes se resuelven en Venezuela. Apenas tres de cada diez homicidios superan la fase de investigación policial, y de esos sólo uno llega a juicio. No todos (NO TODOS) esos muertos son víctimas del gobierno, pero lo que escuché en Venezuela es que muchos sí. ("PERO LO QUE ESCUCHE EN VENEZUELA ES QUE MUCHOS SI". LO QUE ESCUCHE. SI SI, LEYERON BIEN, LO QUE ES  CU CHE. Sólido, inapelable, rígido cual yunque sobre cubo de cemento, EXPRESIÓN APODÍCTICA) Todos los opositores con los que hablé en Caracas daban por hecho que el gobierno mandaba a matar gente (qué confiable), y que tenía aceitadísimo (Con Cocinero? Cuac. Perdón, me aburro mortalmente) un sistema por el cual esas muertes pasaban a engrosar las cifras del delito común. Incluso un chavista (?) de clase media me lo concedió a regañadientes, como quien habla de los efectos secundarios de un antibiótico.

Eso fue en 2005. Yo estaba en Venezuela buscando escenarios para un videojuego de alto presupuesto – decididamente imperialista– cuya historia requería un relevamiento exhaustivo de las peores zonas urbanas de Latinoamérica. Zafé de México, pero recorrí durante meses los barrios más sórdidos de Caracas, Río y la provincia de Buenos Aires. Lo de Caracas no lo vuelvo a hacer. (No sabés como te van a extrañaaaar estan devastados)

Lo primero que me dijeron cuando llegué fue: “No vayas, o ten mucho cuidado en el centro, que hay mucha gente del gobierno”. Mucha gente del gobierno, muchos delincuentes (Upa, fuerte) y ningún elemento para distinguirlos, salvo el uniforme.(NINGUNO, SALVO UNA VESTIMENTA FLAGRANTE. Hola contradictio) Y ni siquiera, porque había más de cuatro uniformes distintos –cuatro instituciones distintas– y el miedo que te daba uno era sólo comparable con el miedo que te daba el otro. (Este temita del miedo deberías hablarlo con el psicólogo, Schreber expratiado de baja intensidad, te acompañaremos en el tratamiento) Todos los días la policía mataba a una docena de personas. (Según…?) Vi un tiroteo en el subte de Caracas, que es un lugar bastante peligroso pese a tener reglas muy explícitas. “Normas.” Uno se entera enseguida de que hay normas porque está lleno de carteles enunciando esas normas.(Qué indicio irrefutable) También hay televisores, y en los televisores están las normas. Norma #1: no pise la línea amarilla. Norma #8: no haga pis en el piso. De verdad. Asegurándose de que las normas se cumplan, hay tipos en traje de fajina portando armas automáticas. (Policía asegurando cumplimiento de las normas del ordenamiento público, cosa nunca vista en el mundo. Todos sabemos que en Chile, por ejemplo, haces lo que se canta el orto y nadie te dice nada.)

Mientras yo estaba en Caracas, Carlos Eduardo Orozco, candidato por la agrupación Fuerza Vecinal Independiente, recibió más de veinte balazos. Intenté averiguar el motivo de ese asesinato y sólo pude entender que Orozco estaba investigando –o, según la fuente, “intentando vengar”– la muerte de su hijo, que había sucedido en un enfrentamiento contra algo llamado “La banda del Toyota”. Esa misma semana un grupo armado entró a una peluquería y fusiló a once personas. El grupo de fusiladores estaba conformado íntegramente por miembros del Cicpc, Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas. Alegaron en su defensa que las víctimas se lo merecían, porque eran todas (o casi todas) parte de la banda Los Electrónicos. Pocos días después, tres estudiantes de la Universidad Santa María fueron ajusticiados por la policía en un callejón del sector Kennedy, en Macarao. Los diarios opositores lo denunciaron con resignación, la prensa chavista lo reconoció, ningún sector se preguntó por los motivos ni por los culpables. (Este hecho, si es así, revelaría un caso de violencia institucional pero que de ninguna manera prueba tus tesis delirantes, por cuánto hay que multiplicar este caso para que dé 150.000?)

En esa época, fuera de Caracas, los ganaderos eran asaltados casi todos los días, con la consiguiente pérdida de vidas humanas y bovinas. (Oh las vacas!. No en serio, esto es criminalidad común, pavote) Los asaltantes (según los diarios) (opositores al chavismo) eran policías y paramilitares que amenazaban de muerte a los ganaderos que se negaban a vender sus haciendas a miembros del gobierno. Ninguno de los gobiernos regionales desmintió esto, ni me encontré con nadie que pensara que no era cierto. (Los métodos de certificación de Raffo: “lo escuche”, “me comentaron”, “No me encontré con nadie que no lo crea” DIVINO, A ESO SE LE LLAMA PROBAR, anotá Popper) Tampoco parecía preocuparles mucho. Lo que sí preocupaba a los gobiernos regionales, o por lo menos a los gobernadores de los estados fronterizos, era la influencia creciente de los soldados del Frente Bolivariano de Liberación. El FBL es abiertamente chavista y estaba compuesto entonces por unos cuatro mil guerrilleros armados que se emborrachaban mucho. (Upa, fuertus) Los vecinos se quejaban a los gobernadores, los gobernadores se quejaban a Chávez. Chávez dijo que no era problema suyo; que él “no necesitaba” a los jóvenes soldados del FBL, y que ellos hacían sus cosas, por su cuenta. No sé si les suena. (No…a qué?)

Antes de que pudiera subirme al avión de regreso a Madrid, para no volver nunca más a ese país infame,(No voy en treeen voy en avión, no necesito a nadie a naaaaaaadie alrededor) los empleados de aduana revisaron cada milímetro del contenido de mis valijas. (HABRASE VISTO!) Después me llevaron a un cuartito sin ventanas en el que me hicieron preguntas absurdas durante media hora. (Absurdas? Si estudiaste, por ejemplo?) Su preocupación principal era saber por qué me llevaba recortes de periódicos. Los carteles en el aeropuerto decían: “Bienvenido a Venezuela. No hay nada más importante que la identidad”. (Qué final contundente)



*Escritor y cineasta. (Todos conocemos sus obras magnas, como el libro…. Y la película… eeeh, esa boludo, esa premiada….dale che, la tengo en la punta de la glotis…)


Y para terminar, una estilización de Fassbender; está bueno:  http://vimeo.com/61278845

Saturday, March 09, 2013

Grandes Comentadores

"Buenas acotaciones a esta "nota" (a propósito ¿cuántas notas psicologistas sobre jefes de estado hubiesen pasado el filtro de calidad en la prensa de antaño antes de ser publicadas?) del bueno de Fonte. Pletórica de contradicciones párrafo por medio, básicamente recorre el tópico ultra-gastado de "la impostura K", donde todo es un teatro que esconde otras intenciones que a su vez pueden ser múltiples y antitéticas, total con alguna seguro la van a pegar. Estos tipos tienen lo que para mí es una mezcla extraña entre una terrible cortedad de miras para ver los procesos históricos y la ideología subyacente de "los idiotas pobres manejados por cualquier dictatorzuelo populista" (que ganen elecciones es un detalle que los tiene sin cuidado); entonces pueden escribir cosas como "Justo lo que Venezuela y el populismo regional necesitan de modo urgente" porque, obstinadamente, no pueden salir del fukuyanismo del fin de la historia y de las ideologías que por otra parte (al menos en esta parte del mundo) se mantienen más vivas que nunca. El extravío de esta prensa, constituida en el bloque de poder opositor realmente existente, parte de ahí y así les va con sus white great hope de turno que no aciertan a construir su alternativa."

Karl Albert; blog: http://laciudadfutura.blogspot.com.ar/

Friday, March 08, 2013

El "Know how" lutesco

La segunda soledad de Cristina 
por Jorge Fontevecchia

Intimidad del peor golpe que sufrió CFK desde que quedó viuda. La chance del liderazgo regional y la resignificación del luto. ¿Habrá un giro chavista? (Inaugurando el nuevo cuco: el giro chavista)

Dos años, más o menos. Ese período de tiempo es el que convencionalmente los psicólogos consideran razonable para elaborar el duelo por la pérdida de un ser querido. (Jorge “golden epígono de Freud” Fontevecchia) Uno de los factores que podrían complicar ese proceso es –según los especialistas– la muerte de más personas allegadas. El efecto es comparable al estrés postraumático: un golpe que no cesa. La pérdida sin final. Pero no tiene que ser necesariamente así. (Ah, que bueno)

Hay chances de hacer de la necesidad virtud, y rescatar de la tragedia una oportunidad de crecer, madurar y aprender a ser uno mismo, con más autonomía que nunca. (Hoooola Berni Stamateas!, qué bello todo lo que decís, OPORTUNCRISIS)  Ese dilema asedia hoy a la Presidenta. “Cristina está muy golpeada”, aseguran funcionarios y empresarios oficialistas consultados sobre el estado de ánimo con que la mandataria tomó la noticia de la muerte de Hugo Chávez. Señalan las pérdidas recientes en el entorno íntimo presidencial: en las últimas semanas, fallecieron la suegra y la consuegra de Cristina. Y el jefe de Gabinete Abal Medina subrayó lo obvio, cuando declaró que los funerales del líder bolivariano evocaban las ceremonias del último adiós a Néstor Kirchner. Es cierto (y si, son los hechos, digamos) que en poco más de dos años, Cristina tuvo que afrontar demasiados episodios traumáticos, si se incluyen la pérdida del primer embarazo que le iba a traer un nieto (de su hijo Máximo), y el sorpresivo diagnóstico –errado, por suerte– de un cáncer de tiroides.

Pero la inusual transparencia oficial sobre el humor presidencial, en medio de un clima angustiante apoyado por la cobertura permanente de la TV Pública de las exequias caraqueñas, hace pensar que en paralelo al dolor, se incuba (AY!) en Cristina la evaluación de un nuevo escenario regional que puede abrir otro capítulo en su estrategia política. (Explicame el salto lógico, el vínculo causal entre “la inusual transparencia oficial sobre el humor presidencial” con una nueva estrategia política)

En el Gobierno aseguran que Cristina tomó la decisión de viajar de urgencia a Caracas (Sorprendente). Apenas se enteró de la noticia de la muerte de Chávez, lo llamó al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y le ordenó. “Prepará el avión que nos vamos a Venezuela”. Parrilli fue el encargado de armar todos los detalles de la comitiva. En el Tango 01 viajaron Cristina y un grupo reducido. La acompañaban su hija Florencia y su hermana Giselle. También voló el Tango 02, con militantes K, funcionarios y dirigentes sociales. Fue la comitiva más abultada de todos los países asistentes, con más de cien personas. Por ejemplo, la brasileña Dilma Rousseff solo viajó con dos ministros y una comitiva de 15 personas. (REVELADOR)

Ya en el aeropuerto venezolano y luego en la capilla ardiente, Cristina se movió como en casa, acostumbrada como nadie a su alrededor al uniforme de luto que mantiene desde la muerte de su esposo. (eeeh y, si… ) Elogió a Chávez como un “liberador de mentes”, llevando agua para su molino retórico al recordar que Néstor Kirchner también había osado romper tabúes geopolíticos y económicos heredados de la era “neoliberal”. Hablaba firme, con un discurso ideologizado (Cuál no lo es mi querido aséptico?) y combativo, como una líder en campaña. Triste pero cómoda, de negro como siempre, la presidenta argentina llevó a Caracas su “know-how” (Absolutamente racional e instrumental, si, poneeele Juanele) para tiempos de viudez afectiva e institucional: ella sabe muy bien lo que es perder al jefe amado en plena turbulencia política, ella conoce la zozobra de ver morir al dueño del timón justo cuando viene la tormenta. Ella aprendió a llorar y comandar al mismo tiempo, sin respiro. Ella sabe cómo apoyarse en Él cuando Él ya no está, y cómo llenar con su propio cuerpo un lugar peligrosamente vacío. Justo lo que Venezuela y el populismo regional necesitan de modo urgente. (Todo absolutamente consciente y craneado Cristina “TEG“ Kirchner)

La vuelta anticipada de la Presidenta, que no se quedó en Caracas para las exequias, podría (OH, INEVITABLE POTENCIAL CUAL MOIRA FATAL!) ser síntoma de un cálculo geopolítico, ya que la noticia del regreso de la comitiva argentina coincidió con el anuncio de que Mahmoud Ahmadinejad iría a honrar el féretro de su socio caribeño. Aunque el ministro de Defensa argentino, Arturo Puricelli, se apresuró a aclarar que el acortamiento de la visita de Cristina no era para evitar una foto incómoda con el presidente iraní, en medio del debate nacional por el acuerdo judicial por el atentado a la AMIA. Para no dudar de la desmentida oficial, se podría especular que Cristina decidió volver a su país cuando vio el improvisado y tal vez caótico alargamiento de los funerales bolivarianos. (O A o B? jugate jugate jugate jugate JUGAAATE YA!”

Podés leer la nota completa en la última edición de NOTICIAS. Conseguila aquí. (NOOOOO ME CORTARON LAS PIERNAS! Me quedé manija de Jorge!)

Thursday, March 07, 2013

Pierre y Virginia

A  S. C.



Extracto de "La ilusión y la génesis social de la libido dominandi" en La dominación masculina de Pierre Bourdieu.

Si bien las mujeres, sometidas a un trabajo de socialización que tiende a disminuirlas y negarlas, hacen el aprendizaje de las virtudes negativas de la abnegación, la resignación y el silencio, los hombres son también prisioneros e, irónicamente, víctimas de la representación dominante, por más que sea conforme a sus intereses: cuando logra instituirse completamente en la objetividad de las estructuras sociales y en la subjetividad de las estructuras mentales que organizan las percepciones, los pensamientos y las acciones de todo el grupo, el sistema mítico-ritual funciona como una representación autorrealizadora y no puede encontrar en él mismo, ni fuera de él, el menor desmentido.

El principio de división primordial, el que divide a los seres humanos en hombres y mujeres, asigna a los primeros las únicas tareas dignas de ser desempeñadas, incitándolos a adquirir la disposición a tomar en serio las labores que el mundo social constituye como serias. Esta illusio original, que hace al hombre verdaderamente hombre, y que puede designarse como sentido del honor, virilidad, o en el léxico de los kabilas, más radical, "kabilidad" (thakbaylith), es el principio indiscutido de todos los deberes hacia uno, el morot o el móvil de todas las acciones que se deben realizar para estar en paz con uno mismo, para permanecer digno, a los propios ojos, de una idea (recibida) del hombre.
Es en la relación entre un habitus construido según la división fundamental de lo derecho y lo curvo, de lo parado y lo acostado, de lo lleno y lo vacío, en suma, de lo masculino y lo femenino, y de un espacio social organizado también conforme a esta división, y por entero dominado por la oposición entre los hombres, preparados a entrar en las luchas por la acumulación de capital simbólico, y las mujeres, preparadas a excluirse o a no entrar, con ocasión del matrimonio, que en tanto objetos de intercambio, revestidos de
una elevada función simbólica, que se definen las inversiones agonísticas de los hombres, y de las virtudes, todas ellas de abstención y de abstinencia, de las mujeres.

Así, el dominante es también dominado, pero mediante su dominio, lo que evidentemente no es algo desdeñable. Para analizar esta dimensión paradójica del dominio simbólico, casi siempre ignorado por la crítica feminista, conviene, al pasar sin transición de un extremo al otro del espacio cultural, de los montañeses kabilas al grupo Bloomsbury, apelar a Virginia Woolf, pero no tanto a la autora de esos clásicos del feminismo como A room of one's own (Una recámara propia) o Three guineas (Tres guineas), sino a la novelista que, gracias al acto de escribir y a la amnesia que favorece, revela cosas que han estado ocultas a la mirada del sexo dominante por lo que ella denomina "el poder hipnótico de la dominación". La novela To the lighthouse (Paseo hasta el faro) propone una evocación de las relaciones entre los sexos libre de toda clase de clichés y frases hechas acerca del sexo, el dinero y la cultura o el poder, que aún transmiten los textos más teóricos, y un análisis incomparable de lo que puede ser la mirada femenina a
esta suerte de esfuerzo desesperado, y bastante patético, en su inconsciente triunfante, que todo hombre debe hacer para estar a la altura de su idea infantil del hombre.
En pocas palabras, To the lighthouse es la historia de la familia Ramsay, que se encuentra de veraneo en una de las islas Hébridas con unos amigos. La señora Ramsay prometió a su hijo menor, James, de seis años, llevarlo al día siguiente a dar un paseo al faro que se ve iluminado todas las noches. Pero el señor Ramsay anuncia que al día siguiente hará mal tiempo. Estalla una discusión al respecto. Pasa el tiempo. La señora Ramsay se muere. De vuelta a la casa largamente abandonada, el señor Ramsay emprenderá, con James, el paseo otrora frustrado.
Es probable que, a diferencia de la señora Ramsay, que teme que su marido no ha entendido, la mayor parte de los lectores, sobre todo masculinos, no comprendan, a la primera lectura, la situación extraña que evoca el inicio de la novela: 

De repente, un grito violento, semejante al de un sonámbulo a medio despertar, en el cual se detectaba algo como "bajo las balas, bajo las granadas de un cañón, ráfaga ardiente", resonó en sus oídos con una enorme intensidad y la hizo volverse, inquieta, para ver si alguien no había oído a su marido. 

Y es probable que tampoco comprendan cuando, páginas adelante, el señor Ramsay es sorprendido por otros personajes, Lily Briscoe y su amigo: "Así, cuando Ramsay se precipitó hacia ellos con gritos y aspavientos, se cercioró de que la señorita Briscoe comprendiese cuál era el problema. Sólo poco a poco, a través de las diferentes visiones de diversos personajes, la conducta del señor Ramsay adquiere sentido. "Ella abrigaba el temor de que el hábito de hablar solo o recitar versos iba en aumento. Se suscitaban situaciones embarazosas" (p.87). De este modo, el mismo señor Ramsay, que había aparecido,
desde la primera página de la novela, como un formidable personaje masculino, y paternal, es descubierto en flagrante delito de infantilismo.
Toda la lógica del personaje radica en esta contradicción aparente. El señor Ramsay, cual rey arcaico que evoca el Benveniste del Vocabulario de las instituciones indoeuropeas, es aquél cuyas palabras son veredictos; el que puede anular con una frase la "alegría extraordinaria" de su hijo, entusiasmado con el plan del paseo al día siguiente hasta el faro ("Pero, dice su padre deteniéndose ante la ventana del salón, no hará buen tiempo").
Sus previsiones tienen el poder de hacerse realidad: ya sea que actúen como órdenes, bendiciones o maldiciones que hacen ocurrir, por arte de magia, lo que anuncian, ya sea que, por un efecto infinitamente más sobrecogedor, enuncien simplemente lo que se anuncia, lo que está inscrito en las señales accesibles a la previsión simple del visionario casi divino, capaz de dar razón al mundo, redoblar la fuerza de las leyes de la naturaleza natural o social convirtiéndolas en leyes de la razón y de la experiencia, en enunciados a la vez racionales y razonables de la ciencia y de la sabiduría. Previsión de la ciencia, el acto de comprobación imperativo de la profecía paterna envía el futuro al pasado; predicción de la sabiduría, da a este porvenir todavía irreal la sanción de la experiencia y del conformismo absoluto que implica. Adhesión incondicional al orden de las cosas y ratificación apresurada del principio de realidad, se opone a la comprensión materna, que concede una adhesión evidente a la ley del deseo y del placer pero escindida en una doble concesión condicional al principio de realidad: "`Sí, por supuesto, si hace buen tiempo mañana', dijo la señora Ramsay. `Pero tendrán que levantarse de madrugada', añadió". Basta comparar esta frase con el veredicto paterno para ver que el nombre del padre no tiene necesidad de anunciarse, ni de justificarse, el "pero" ("`Pero,
[...] no hará buen día'"), subrayando que no existe, para un ser razonable ("Sé razonable", "Más tarde comprenderás"), otra opción que someterse sin más ante la fuerza de las cosas. Es ese realismo, mata-alegrías y cómplice del orden imperante en el mundo, lo que desencadena el odio al padre, odio que, como en la rebeldía adolescente, se dirige menos contra la necesidad que el discurso paterno pretende desvelar cuanto en oposición a la adhesión arbitraria que el padre todopoderoso le concede, probando así su debilidad: debilidad de la complicidad resignada que admite sin resistencia; debilidad de la complacencia que obtiene satisfacción y vanidad del placer cruel de desilusionar, es decir, de hacer compartir su propia desilusión, su propia resignación, su propia derrota. Las rebeliones más radicales de la infancia y la adolescencia se dirigen no tanto en contra del padre como en contra de la obediencia espontánea al padre, contra el hecho de que el primer movimiento del habitus sea para obedecerlo y para acatar sus razones.
En ese punto, gracias a la indeterminación que autoriza el uso del estilo indirecto libre, se pasa insensiblemente del punto de vista de los niños sobre el padre al punto de vista del padre acerca de sí mismo. Punto de vista que no tiene, en realidad, nada de personal puesto que, en tanto punto de vista dominante y legítimo, no es otra cosa que la elevada idea de sí mismo que tiene el derecho y la obligación de mantener, él que está resuelto a realizar en su ser el deber ser que el mundo social le asigna, en este caso, el ideal del hombre y del padre que se debe realizar:

[...] lo que él decía era la verdad. Era siempre la verdad. Era incapaz de no decir la verdad; no alteraba jamás un hecho, no modificaba jamás una palabra desagradable en función de la comodidad o el beneplácito de alma viviente alguna, mucho menos de sus propios hijos, carne de su carne, y destinados por tanto a aprender lo antes posible que la vida es ardua, que los hechos no aceptan compromisos, y que el paso al país fabuloso donde se desvanecen nuestras esperanzas más luminosas, donde nuestras barcas frágiles naufragan en la tiniebla (llegado a este punto, el señor Ramsay se incorporaba y fijaba la mirada en el horizonte, achicando sus ojillos azules), representa una prueba que exige ante todo coraje, sinceridad y aguante

Vista desde esta perspectiva, la dureza gratuita del señor Ramsay ya no es resultado de una pulsión tan egoísta como el placer de desilusionar; es la afirmación libre de una elección, la de la rectitud y también la del amor paterno bien entendido que, al rehusar abandonarse a la facilidad culpable de la indulgencia femenina, y ciegamente materna, debe presentar el mundo en toda su crueldad. Es, sin duda, lo que significa la metáfora del cuchillo o la hoja de metal, que la interpretación freudiana aplastaría, y que, como entre los kabilas, cifra el papel masculino -la palabra y la metáfora teatrales se imponen por una vez- del lado de la fractura, la violencia, el asesinato, es decir, del lado de un orden natural construido contra la fusión original con la naturaleza materna y contra el abandono al laissez-faire, a las pulsiones y a las impulsiones de la naturaleza femenina.
Se empieza a sospechar que el verdugo es también víctima y que la palabra paterna está expuesta, por lo mismo que su fuerza, a convertir lo probable en destino en el esfuerzo mismo para conjurarlo y exorcizarlo al expresarlo. Y ese sentimiento no puede sino intensificarse cuando se descubre que el padre inflexible, que con una frase sin apelación posible acaba de matar los sueños de su hijo, ha sido sorprendido en vías de jugar como un niño, entregando a quienes se han encontrado así "introducidos en un dominio privado", Lily Briscoe y su amigo, "algo que no había tenido la intención de mostrarles": los fantasmas de la libido academica que se expresan metafóricamente en los juegos bélicos. Pero conviene citar en toda su amplitud
el largo ensueño del señor Ramsay en el cual la evocación de la aventura guerrera, la carga en el valle de la Muerte, la batalla perdida y el heroísmo del jefe ("Pero no quería morir acostado; encontraría alguna arista rocosa y moriría parado, los ojos fijos en la tempestad [...]"), se mezcla íntimamente con la evocación ansiosa del destino póstumo del filósofo ("Z no es atacado más que una vez por generación". "Jamás alcanzará a R"): 

¿Cuántos hombres en un millar de millones, se preguntaba, terminan por llegar a Z? Desde luego, el jefe de una columna infernal puede plantearse esta pregunta y responder sin traicionar a quienes lo siguen: `Uno, tal vez'. Uno en una generación. ¿Debe ser entonces culpado si no es ése? ¿Con tal de que haya penado sinceramente, entregado hasta que no le quede nada? Su renombre ¿cuánto dura? Incluso a un héroe se le permite preguntarse al estar moribundo cómo se hablará de él tras su muerte. Ese renombre durará posiblemente dos mil años [...].
¿Cómo culpar al jefe de esta columna infernal que, después de todo, ha trepado bastante alto para ver la perspectiva estéril de los años y de la muerte de las estrellas si, antes de que la muerte entiese sus miembros y los deje sin movimiento, eleva con cierta solemnidad sus dedos entumecidos ante sí y se incorpora? Pues, de este modo, la expedición de socorro que ha ido en su busca lo encontrará muerto en su puesto cual soldado glorioso. El señor Ramsay se enderezó y se mantuvo muy derecho al lado de una urna. ¿Quién lo iba a culpar si, mientras se mantenía así un momento, su pensamiento se detenía en el renombre, las expediciones de socorro, las pirámides de piedra erigidas sobre sus huesos por los discípulos agradecidos? Por último, ¿quién culparía al jefe de la infausta expedición si [...]

La técnica del difuminado-encadenado, que tanto gustaba a Virginia Woolf, funciona aquí de maravilla: la aventura guerrera y el renombre que la consagra es una metáfora de la aventura intelectual y del capital simbólico de la celebridad al que aspiraba; la illusio lúdica permite reproducir en un grado más elevado de desrealización, por ende a un menor costo, la illusio de la existencia ordinaria, con sus apuestas vitales y sus asedios apasionados, todo lo que agita las discusiones del señor Ramsay y sus discípulos, autoriza el trabajo del levantamiento parcial y controlado del sitio, que es necesario para asumir y superar la desilusión ("No tenía genio; no se hacía ilusiones", p.44) conociendo al mismo tiempo la illusio fundamental, la inversión en el juego mismo, la convicción de que el juego merece ser jugado a pesar de todo, hasta el final, y según las reglas (puesto que, después de todo, el último de los soldados rasos siempre puede "morir de pie"). Ese
cerco visceral cuya expresión es esencialmente una postura se logra en las poses, las posiciones o los gestos corporales que están orientados en el sentido de lo derecho, lo recto, de la erección del cuerpo o de sus sustitutos simbólicos, la pirámide de piedra, la estatua.
La illusio que es constitutiva de la masculinidad representa la base de todas las formas de la libido dominandi, es decir, todas las formas específicas de illusio que se generan en los diferentes campos. Esta illusio original es lo que hace que los hombres (por oposición a las mujeres) sean socialmente instituidos de tal manera que se dejen involucrar, como niños, en todos los juegos que les son socialmente asignados y cuya forma por excelencia es la guerra. Al dejarse sorprender en un ensueño despierto que descubre la vanidad pueril de sus bloqueos más profundos, el señor Ramsay revela bruscamente que los juegos a los cuales se presta, como el resto de los hombres, son juegos de niños, que no se perciben en toda su extensión porque, precisamente, la connivencia colectiva le confiere la necesidad y la realidad de las evidencias compartidas. Por lo mismo que, entre los juegos constitutivos de la existencia social, los que se dicen serios, estén reservados a los hombres -mientras que las mujeres se dedican a los hijos-se olvida que el hombre es también un niño que juega al hombre. La alienación genérica es el origen del privilegio específico.

-"¿Qué hay que hacer para ser feliz?

PB -"Puedo responder pero a título personal, no como sociólogo (...) Es necesario hacer lo poco que se pueda para cambiar las cosas, si, creo que es eso. Cada uno tiene un pequeño margen de libertad, cada uno tiene que hacer lo poco que pueda para escapar de las leyes, de las necesidades del determinismo"


Monday, February 25, 2013

Todas las vooooces toooooooodas. Hernán y el argentino medio que "Vio claro en su alma"

La inflación, un cuento sencillo
El rol de los medios, la reaparición de Cavallo y los argumentos que sólo buscan debilitar al gobierno.
       
Por: 

Hernan Brienza (Hablandole a un sujeto ideal con periplo de cambio político de realismo mágico)
 


 El cuento es muy sencillo. (Ay, no) Usted va al kiosco, al supermercado, al almacén y compra siempre el mismo producto. Un día el producto aumenta. Pero usted no se preocupa porque en los últimos años le ha ido mucho mejor que cuando no tenía trabajo. O tenía que mendigarle a su jefe que no lo echara. O porque ha recibido un aumento de sueldo o porque su mujer también consiguió trabajo y la cosa va mejorando para todos. (Si le hablas a un “usted” como un capitalino de clase media, va. Si me hablás a mi, mas o menos. Si le hablás a un tipo que tiene un plan o una madre soltera que sólo cobra la AUH tu interpelación se cae) Usted cree que eso es por generación espontánea o por virtud propia. Pero como está bien, o más o menos bien, o mejor, al menos, en términos económicos no se preocupa demasiado. Pero un día el mismo producto aumenta un poco más de la cuenta. Pero usted ya naturalizó lo que es tener trabajo, que le aumenten el sueldo un 25 por ciento todos los años o que su mujer tenga trabajo y que su hijo mayor también pueda tenerlo. Al mismo tiempo ve que la economía no crece como cuando la capacidad instalada de la industria todavía podía recuperarse de la debacle neoliberal del período 1989-2002 –es decir, que una gran mayoría ya tiene su trabajo y no hay tanta movilidad laboral como hace unos años– y lo asusta la crisis económica internacional.

Usted pasa por el bar de la esquina de su barrio (ah, no, no le hablás ni a los quom ni a la gente de las peores zonas del conurbano). Se pide un café. Y mira la pantalla de TN en silencio pero lee los zócalos con alguna barbaridad que lo pone de mal humor. Y estira la mano hasta la mesa de al lado para alcanzar algún diario ultraopositor y macrista como Clarín o La Nación, en el que remarcan constantemente el aumento del dólar o de los precios de los artículos diciendo que el gobierno miente con que no hay inflación o directamente con que es la política del gobierno la que genera la supuesta inflación. Y al costado lee una nota en la que el vicepresidente Amado Boudou una vez se sentó en el mismo banco de plaza que uno de los directores de la empresa Ciccone (en ese banco de plaza BELOVED le pasaba las expensas a Vanderbroele pa que se las pague) y eso parece prueba suficiente para armar una tapa "Escándalo de corrupción" o lee acusaciones sobre tal o cual funcionario que se afanó un jarrón que no le correspondía. Entonces, como usted es un tipo inteligente y deductivo, estalla: "La culpa es del gobierno", piensa, ata cabos. (No Brienza, no. No está funcionando)
 
Pero la cosa no es tan sencilla como parece. Usted es un tipo inteligente y enseguida relaciona: "Cuando no hubo inflación, yo no tenía trabajo." Entonces, esos cantos de sirena de los economistas neoliberales que salen por la tele dando recetas económicas que a usted lo dejaron en la lona ya no le empiezan a gustar tanto. (Realmente te parece que el tipo que lee Clarín y la Nación de repente por “inteligencia” y no por fracturas de trayectorias de repente cambia de opinión?. Muy TIRAMAGIA dirían twuitteros amigos) Puede llamarlo Melconian, si quiere, o Bonelli, el que aparece ahora por TN, el mismo que apoyaba el corralito de Fernando de la Rúa, recuerda ahora. Y entonces aparece Domingo Cavallo. Sí, sí, Domingo Cavallo hablando de la crisis y de las posibles soluciones para el 2015. Y usted hace un gesto negativo con la cabeza y recuerda: "Pero si vos atorrante sos el mismo que vendiste todas las empresas del Estado, el que llevó la desocupación al 25 por ciento en 1995, el padre del corralito, el que aumentó la deuda externa en un 300 por ciento, ¿qué podés hablar vos ahora?" (Esta columna es muy Ignacio Copani) Y Cavallo apoya a Mauricio Macri. Y Mauricio Macri ataca al gobierno por la inflación. Entonces, no es difícil darse cuenta, Macri y Cavallo son lo mismo. Lógica pura, ¿o no? (eeeh masomenos)Y usted recuerda lo que alguna vez oyó del final del gobierno de Raúl Alfonsín: que fue Cavallo a los centros financieros a aconsejarles que no le presten ayuda económica a la Argentina, porque el próximo gobierno, el de Carlos Menem, iba a responder con un modelo económico más acorde a las exigencias de esos mismos círculos de poder, llámese Fondo Monetario Internacional, gobierno de los Estados Unidos, o Consenso de Washington. 
 
Es entonces cuando la cosa se pone peliaguda y usted comienza a sospechar ¿Puede ser que los principales medios opositores como Clarín y La Nación fogoneen el tema inflacionario para generar más inflación? (si, pero hay otras cositas un poquitito más complejas, estructurales, de mercado que NO ENTRARÍAN en el problemita de Clarín y la Nazión) ¿Es posible que Cavallo esté montado en ese esquema que intenta debilitar en el plano internacional al gobierno nacional? 
 
Usted es un argentino medio, de buena leche, digamos. (Que bucólico. Se me hace más bien que este personaje que construiste existe en una minoría en capital y en el resto del país no existe) Un laburante, que a veces se manda alguna pillería tributaria nada más. (Deberías hablarle de la inflación a otro que no sea un argentino medio. Es verdad que son los que determinan el humor social, lo que se discute en la esfera pública, pero la inflación afecta a los sectores más postergados, que hacemos con eso Hernán. No me lo contestes ahora) Pero no es un hombre de derecha ni mucho menos. Prefiere que las cosas anden bien y todos seamos felices (?). Por eso le gusta leer todas las campanas. Llega a su casa y prende la computadora un rato y entra a Tiempo Argentino o a Página/12, ¿por qué no? Y lee a Mariano Beristain o a Néstor Restivo, por ejemplo. Y le dicen que, en realidad, el gobierno está preocupado por el tema, pero que no está dispuesto a frenar la economía, porque hacerlo sería perjudicar a los sectores asalariados. Porque frenar la economía y el consumo significa quitarle dinero del bolsillo a los trabajadores o dejar sin trabajo a miles y miles de personas. (Más control, otros modos no ortodoxos de controlar la inflación no hay?)"Ah, como en los noventa", piensa usted. Y sí, como en los noventa, le digo yo. Entonces, empieza a sospechar que el gobierno nacional no es el creador del alza de precios sino su víctima, como usted, claro. (El gobierno víctima de las empresas, como yo? Pero no tiene un poquito más de poder que yo?, el mercado es victimario del Estado? “Ah, como en los noventa”)
 
Pero usted empezó esta nota insultando al gobierno y está preocupado porque el control de precios funcione. (Quién? Vos empezaste esta nota. Le das animismo al personaje que construíste? No es muy verosímil este recorrido) Pero Clarín y La Nación, haciéndole creer que están de su lado, le informan que el acuerdo de precios ya es un fracaso antes de salir a la calle y ya hay desabastecimiento, aunque no te dicen ni dónde ni por qué. Claro, tampoco le dicen que los acuerdos de precios funcionaron bastante bien en la Argentina productiva de los años '40 al '70 ni tampoco le dicen que en Francia, por ejemplo, siempre hay acuerdos de precios exitosos con intervención del Estado. Entonces, usted ve por TN, suponga, que alguno de la familia Moyano, justo justo (Acá comienza la lectura paranoica de conjura) se le ocurre hacer un paro con bloqueo sobre supermercados mayoristas cuando empieza el acuerdo de precios. Y minutos después lo escucha decir a Hugo Moyano que se va a levantar el paro, porque Macri le da soluciones a los trabajadores. Y empieza a atar cabos. Macri, Cavallo, Clarín, La Nación y Moyano están entongados en algo. Pero no sabe todavía bien en qué. (mmmmm dijo la muda)
 
Sin embargo hay un dato que leyó en una de las notas, no se acuerda cual, que le llamó la atención: el 80 por ciento de los precios que aumentan en el supermercado lo manejan 28 empresarios. ¿Cómo? ¿Veintiocho tipos son capaces de decir cuánto vale la manteca, las papas fritas y la leche? Así parece. Y pero entonces, ¿por qué el gobierno no los agarra de los pelos y los obliga a mantener los precios en línea? Sencillo: porque son muy poderosos.(entonces nos cruzamos de brazos y le echamos la culpa a Clarín, que por cierto, también era muy poderoso y en aquel momento la política vs corporaciones era posible) Y porque las herramientas que tiene el gobierno están demonizadas por los principales medios opositores. Sin ir más lejos, usted odia a Guillermo Moreno y no tiene la más remota idea de por qué. Porque es patotero el tipo, se responde rápido. Pero, ¿a quién patotea Moreno? ¿A usted o a la pandilla de los formadores de precios? Le hago una pregunta, estimado lector: si el Estado tuviera cientos de Morenos dispuestos a controlar la cadena de costos en cada uno de los rubros de la economía, ¿no cree que usted estaría más protegido contra la especulación de los empresarios y comerciantes? Moreno está de su lado, aunque no pueda creerlo. (Más Morenos pues!)
 
Usted hace un alto. (Qué mayéutico que sos Hernán)¿En qué especulan los empresarios y comerciantes?, se pregunta. Sencillo: ellos quieren seguir ganando lo mismo que el año pasado o más. Entonces, pueden hacer dos cosas: o producir más y vender más, lo que implica un mínimo de inversión o remarcar los precios directamente sin hacer ningún esfuerzo. "Y si el de al lado aumenta por qué no voy a aumentar yo", dice el almacenero de su barrio. Lo justifican diciendo que los “aumentos de salarios que pin que pan". Pero si las paritarias aumentan un 25 por ciento y el salario es una parte menor en la cadena de costos –representan entre el 5 y 50 por ciento de los costos, ya sea una gran empresa o una pequeña–, ¿por qué los tipos aumentan un 25 o 30 por ciento los productos?  ¿Quién se queda con el porcentaje de ganancia restante? ¿el gobierno o los empresarios? Sin embargo, usted empezó esta nota protestando contra el gobierno ¿no? Pero el que se queda con su guita no es el gobierno nacional ni el funcionario que se afana un jarrón, sino los empresarios y los comerciantes. (Si, y? los dejamos nomas?) Pero ellos están invisibilizados. Sí, adivinó. Con complicidad de los medios opositores macristas como Clarín y La Nación. 
 
Usted niega con la cabeza, no puede ser todo tan conspirativo. No es posible ¿Con qué objetivo e intención? Sencillo, hombre, sencillo : quieren debilitar a un gobierno que les marca el paso a los empresarios (tanto no, a los formadores de precios al parecer no, Hablemos de eso), que quiere controlar sus ganancias, que quiere disciplinarlos para poder distribuir y redistribuir mejor la riqueza, las ganancias de una sociedad. Sencillo: porque quieren poder meterle la mano a usted en los bolsillos como lo hicieron durante los 25 años que fueron desde el 1976 a 2002 (No Brienza, complejo). Porque quieren un gobierno débil como el de Raúl Alfonsín para poder voltearlo cuando quieran. Y para eso necesitan que usted este año se la pase insultando al gobierno y no lo vote. Porque un gobierno fuerte, un Estado fuerte, no les conviene a los verdaderos dueños del poder en la Argentina: los 28 formadores de precios, los diarios opositores, los sojeros ni a sus empleados como José Manuel De la Sota, Macri y sus viejos y nuevos aliados. Usted ya lo sabe, hombre, no necesita que yo se lo explique. (Tal vez necesitamos que alguien más nos explique. A tu sujeto fantasma, a mi y a vos)