Sunday, April 21, 2013

Ensayo sobre la vida como ensayo.

“Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor” Samuel Beckett

“El tesoro que no ves/ La inocencia que no ves/ Los milagros que van a estar de tu lado /Cuando comiences a leer de los labios/ Y a ignorar los embustes y gustar/ Con tu lengua de las aguas que son dulces/ Aunque te sientas mal/ Placer que es cruel, sin lagrimas” Indio Solari

“No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible.” Píndaro

Theodor Adorno afirma que la forma del ensayo (como género discursivo) no tiene orígen ni desarrollo; comienza por donde quiere y termina donde se siente que ha llegado a su fin, parece que todo el tiempo va a terminar y concluir, se interrumpe y luego recomienza; cada vez se apuesta todo. La vida tiene forma de ensayo: no es desarrollo sino ritmo; una serie de progresiones, detenciones, persistencias, agrupamientos, cortes y fluidez. Qué otra cosa sino eso es el Míto de Sísifo según Camus: Los dioses lo condenaron a subir sin cesar una roca hasta la cima de una montaña desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Esfuerzo, “triunfo” e interrupción fatal, caída. Para Camus es el “ héroe absurdo” al que “Su desprecio de los dioses, su odio a la muerte y su apasionamiento por la vida le valieron ese suplicio indecible en el que todo el ser se dedica a no acabar nada.”. Ante el destino trágico, es sólo dolorosa la vida de Sísifo?: No. Uno debe imaginarlo feliz :

"La felicidad y lo absurdo son dos hijos de la misma tierra. Son inseparables. Sería un error decir que la dicha nace forzosamente del descubrimiento absurdo. Sucede también que la sensación de lo absurdo nace de la dicha. “Juzgo que todo está bien", dice Edipo, y esta palabra es sagrada. Resuena en el universo feroz y limitado del nombre. Enseña que todo no es ni ha sido agotado. Expulsa de este mundo a un dios que había entrado en él con la insatisfacción y la afición a los dolores inútiles. Hace del destino un asunto humano, que debe ser arreglado entre los hombres. Toda la alegría silenciosa de Sísifo consiste en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su cosa. Del mismo modo, el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, hace callar a todos los ídolos."

Sísifo sabe que es dueño de sus días y sigue la marcha, el ritmo, la detención, el recomienzo. Sísifo insiste. Cae en la cuenta y sabe con lo que cuenta, que es todo: “No hay sol sin sombra y es necesario conocer la noche.” Se trata claramente del “Atrapa el día”, el Carpe diem Horaciano, que no es la expresión de optimismo pelotudo que lamentablemente se ha generalizado. Horacio le dice a Leuconoe en la Oda I, 11:

 “…Dum loquimur, fugerit inuida/aetas: Carpe diem, quam minimum credula postero”

(“Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso. Atrapa el día, no te fíes del incierto mañana.”)

Atrapar el día en su totalidad: la brisa reconfortante y el amante que nos abandonó, la belleza de la muchacha o muchacho que pasó por la ventana y la ausencia de la madre, el chiste salvador y el trabajo pesado, una canción conmovedora y los sueños frustrados. Es todo, “Cada uno de los granos de esta piedra, cada fragmento mineral de esta montaña llena de oscuridad, forma por sí solo un mundo.” Sabemos con lo que contamos, y esa conciencia a veces surge como confesión a sí mismo, como revelación en estado de determinación y cautiverio: Sísifo ve y se da cuenta, pero es ciego.  Julien Sorel, el personaje de “Rojo y negro” de Stendhal “vio claro en su alma” en la prisión, antes de ser ejecutado.
María Sambrano ha dicho “enamorarse es ser vencido sin rencor”; hay un goce en la pérdida de si mismo. Vivir es ser vencido sin rencor y resignarse dichoso a la sucesión de fracasos. Todo paso es un paso en falso, todo envite una falla inminente. En un verso vallejiano del poema IX de Trilce se lee la insistencia: Busco volvver de golpe el golpe.” para luego reformular lo mismo así: Fallo bolver de golpe el golpe.”. Versos en los que está presente el conato spinoziano: se persiste en la insistencia, resistimos a la autodestrucción, empujamos la piedra de nuevo.
Lo único que poseemos es la certeza de nuestra desposesión y la certeza de las interrupciones.

Coda

Tres figuraciones del conato, de la insistencia en el fracaso:

I. Escribir sobre la imposibilidad de escribir ("Quiero escribir pero me sale espuma", Vallejo)

II. Escribir sobre la imposibilidad de vivir ("esta lúgubre manía de vivir/esta recóndita humorada de vivir/ te arrastra alejandra no lo niegues.", Pizarnik)

III. Vivir sobre la imposibilidad de vivir.




5 comments:

Mabel said...

Mucho esplendor para una tarde de sol .Me lo guardo para átraparlo en un día gris

Unknown said...

Maravilloso.

La Maga said...

Sos muy genial, Eduardo.

La Maga said...
This comment has been removed by the author.
Anonymous said...

Hola,
Muy bueno el blog. Quisiera mandarte un libro, si me escribís coordinamos el envío. Saludos, Ana
(amazzoni@eternacadencia.com.ar)