Saturday, September 01, 2012

Militancia, Jóvenes, La Cámpora, Detractores.

¿Puede haber algo más bello que una adolescente o un joven militando en política?, y al revés, ¿algo más desesperanzador que sean indiferentes? Yo sigo descorazonada porque mis pibes del secundario del Barrio unión obrero de Berisso no sabían quien era Videla, ni quién Hitler. En ese sentido, rogaría porque las juventudes hitlerianas estalinistas goebbelianas de los camporitas se den una vuelta.
Dicho esto, está lo negativo. El discurso pelotudo y metonímico de la mayoría, que recorta lo positivo y compra sin mirar el precio la última propuesta relateril sin miramientos.
Ahora, esto se critica así, señalando lo que no cae en la cuenta de la narración gubernamental, que soluciona las zonas oscuras lanzándola a un terreno asintótico denominado “lo que falta”. “lo que todavía, en esta relación de fuerzas, no hemos podido hacer” (¿se aplica esto en todos los casos?)
Y no se critica, como la derecha y cierto liberalismo potable, levantando las banderas de la separación entre política y escuela, que es como decir separo el culo del culo. Pero más interesantes, por lo llamativas, son las críticas del trotskismo (http://po.org.ar/blog/2012/08/30/denunciamos-el-intento-del-gobierno-k-de-encubrir-la-accion-paraestatal-de-regimentacion-ideologica-en-las-escuelas-por-el-voto-a-partir-de-los-16-anos-y-el-libre-ingreso-de-los-partidos-politicos-a/). 
Es en primer lugar sospechoso que el trotskismo coincida con las críticas liberales de derecha. Ya es un punto fuerte para problematizarlo. Pero también, marquemos las diferencias, el nombre de este movimiento ya marca que comparten un cuquito común: Stalin. Stalin y su estado fascistoide claro. Y esa bestia negra sirve para criticar los modos de articulación política entre Estado y militancias (detalle menor que durante el estalinismo se perseguía a la gente, existía el Gulag, eso es una boludez menor, claro). También pasemos de largo que en el caso del Stalinismo, era verdaderamente el Estado en su totalidad que se articulaba con el partido activando mecanismos de persecución y asfixia disidente. En nuestra querida democracia parlamentaria reformista, en términos de Badiou, el GOBIERNO se articula con su partido, no todo el Estado.
El amigo Diego Rojas me mandó a leer “Estado y Revolución” de Lenin, como si, cual sancta sanctórum, allí estuviese cifrado todo lo que se puede decir sobre el vínculo del Estado y los movimientos sociales y revolucionarios. Y como si un tal Marx no hubiese dicho nada antes. Todo bien, pero el Estado que es un no Estado, que es el proceso de disolución de sí mismo, es un objetivo. Y para eso, los muchachos del FIT se han presentado en democráticas elecciones, con memorables spots ("nosotros, la izquierda") y disfrutando las bondades del marketing de la sociedad espectáculo esloganera (#UnmilagroparaAltamira, chin chin). Los invito al contra fáctico ¿Realmente alguien cree que si hubiese ganado hoy no tendríamos un seis siete trotsko? ¿Qué las chicas de “Pan y rosas” no tomarían “Utilisima” bajo control obrero?. Siendo mas serios: ¿Qué no pondrían a disposición desde el poder recursos materiales para fortalecer a las militancias de izquierda, su difusión, su llegada, etc?. 
Mas allá de que, como dije antes, la militancia tan vinculada con el gobierno tiene sus límites. Así como la pespectiva paupérrima que tiene el gobierno de los medios. Pero el gran problema es qué se discute a y cuál es la raigambre de los argumentos que utilizamos para hacerlo. Un anécdota esclarecedora: en asamblea, una chica del MAS, una star de la izquierda universitaria platense, vociferaba en contra del nombre “Nestor Kirchner” a la facultad de periodismo de La Plata aduciendo, agarrensé la peluca, la autonomía universitaria, liberaleada si las hay (criticable por lo menos en este contexto histórico). La crítica debe hacerse contraponiendo otros símbolos, otros proyectos u otras ideas, y no apelando a supuestas leyes ordenadoras de división entre las instituciones, el gobierno o la política. Porque, mis queridos, cuando sean gobierno no lo van a poder sostener ni un día.

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