"Por la presencia del otro entendido como neutro, hay en el campo de las relaciones una distorsión que impide toda comunicación recta y toda relación de unidad, o incluso una anomalía fundamental que le corresponde al habla no reducir, sino llevar consigo, aunque fuere sin decirla o sin significarla. A este hiato-la extrañeza, la infinidad entre nosotros- responde, dentro del lenguaje mismo, la interruspción que introduce la espera. Aquí la detención no está marcada necesaria ni simplemente por el silencio, un blanco o un vacío (qué burdo sería). sino por un cambio en la forma o la estructura del lenguaje (cuando hablar es en primer lugar escribir)." Maurice Blanchot
"El Don"
...
(...)
Sensibilidad, a cerrar filas, reunidos y
or
ga
ni
za
dos
Pero antes, la última.
Deja sitiar tus pertenencias ajenas
en las que habitaremos
No quiere la mirada como al perro cascoteado
O el amor natural, como a María
Estás existiendo levemente?
Puede ser
Tu Madre
Tu Padre
Tu País
Y olvidar la extranjería
Pero ESPERA
No la lógica del intercambio que insistís
sino, el DON
Tu nombre significa "Dios recompensará"
Ea!, buen último!
1 comment:
La espera, el Don, la recompensa de Dios. Un universo de símbolos y percepciones ajeno al mundo de la causalidad no trascendente. Allí, donde la existencia siempre es leve, donde la madre, el padre y la clase son la cocina primera del habitus.
No sé si alcanzo a comprender el oxímoron "tus pertenencias ajenas", pero de eso se trata la extranjería: deshacerse de toda pertenencia, las propias, las ajenas, las ajenas que creemos/hacemos propias. Deshacerse de uno, desubjetivarse tal vez, deconstruirse sí.
En este caso, no se trata de un intercambio sino de una invitación. Perderse juntos, volverse extranjeros y encontrar en el otro una patria nueva, o algo así. Desarmar y sangrar para, luego, reunirse y organizarse de otro modo, en otro lugar, con otros tiempos, desafiando a la termodinámica y contra toda tendencia a la entropía. Tanta tendencia, tanta entropía.
Buen último, sí.
Yeagob
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